- OpenAI, más conocido por su creación de ChatGPT y Dall-E, es una empresa de tecnología y un laboratorio de investigación que se especializa en inteligencia artificial (IA). La startup, fundada en 2015, ha atraído con éxito a una serie de inversores de alto perfil, incluidos Microsoft y Amazon Web Services.
- OpenAI se encuentra entre las empresas emergentes de aprendizaje automático más financiadas del mundo, con una financiación de más de mil millones de dólares a partir de enero de 2023.
- Lo cierto es que un análisis parece contar con otros datos que exponen la vulnerabilidad del aparente roble tecnológico.
OpenAI podría declararse en quiebra en 2024 gracias a ChatGPT, señala la empresa de análisis e inteligencia Analytics India Magazine. La premisa es que el chatbot de la empresa de Sam Altman costaría 700.000 dólares diarios para mantenerse y los intentos de monetizar la plataforma aún no equilibraron las cuentas.
ChatGPT puede haber sido el primer chatbot impulsado por IA en aparecer, pero aún no es rentable para OpenAI, señala el informe. Parte de la culpa de este desequilibrio financiero radica en la disponibilidad de las API de ChatGPT. La herramienta permite a los desarrolladores crear sus propias soluciones sobre la estructura de bots de OpenAI, pero sin necesariamente tener que transferir parte de sus ganancias a la empresa.
Según el informe, esta “canibalización” de productos también provocó una caída en el número de visitas al propio ChatGPT. Desde mayo, el sitio tendría cada vez menos visitas, según datos de la empresa de análisis de tráfico SimilarWeb. Actualmente, OpenAI es una empresa privada que cuenta con inversiones de otros gigantes, como Microsoft. La empresa no está obligada a proporcionar datos financieros al público, por lo que toda la información sobre el desequilibrio financiero es especulativa y se basa en lecturas del mercado.
Abrir el capital de la empresa podría ser una alternativa para mantenerla en funcionamiento. No se sabe qué piensan los ejecutivos de OpenAI sobre la posibilidad, pero si eso realmente sucediera, los socios actuales podrían aprovechar la oportunidad para comprar una gran parte de la empresa.
Entre los gigantes que compiten en el mercado de la inteligencia artificial, OpenAI no se encuentra entre los más grandes. Google y Meta tienen una base mucho más establecida que la firma de Sam Altman, lo que obviaría la necesidad de monetizar los chatbots de IA de manera tan agresiva.
Bard se encuentra actualmente en la fase de prueba, pero no debería pasar mucho tiempo para que (u otros productos de inteligencia artificial de Google) se expandan a otros programas. Meta aún no tiene herramientas impulsadas por IA disponibles como productos finales, pero también está explorando el sector con estudios y proyectos ambiciosos.
Mientras, habrá que esperar para ver si el pronóstico de quiebra que hace Analytics India Magazine sobre OpenAI se cumple.
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