La Fundación para la Protección Ambiental en China (CEPF por sus siglas en Inglés) trabajó con la agencia de Dentsu para crear una estrategia que hiciera reflexionar a los fumadores sobre los riesgos de consumir tabaco.
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De acuerdo con la organización, existen áreas para fumar colocadas en sitios públicos donde transitan muchas personas ajenas al consumo de tabaco, por lo que era necesario advertirle a los fumadores que sus acciones también dañan la salud de la gente que se encuentra a su alrededor. Los objetivos eran reducir su frecuencia de consumo, obtener aire libre de humo y proteger la salud de todos.
Para conseguir sus metas, la CEPF recurrió a un truco bien conocido en el arte de persuadir a las personas, el de la advertencia-amenaza-miedo, así que, como en otras campañas antitabaquismo, mostró imágenes (rayos X y ultrasonidos) sobre el daño que produce fumar en el organismo como cáncer de pulmón, ataques cardiacos y malformaciones en el feto durante el embarazo.
Sin embargo para hacer más dramático el mensaje, se colocaron las imágenes sobre ceniceros para que cada vez que los fumadores tiraran sus cenizas “sintieran” que están dañando alguno de estos órganos.
Según cifras de la organización, el número de fumadores cayó en 60%.
Normalmente no se usa el miedo para la publicidad comercial (en raras ocasiones sí), pero este no es un objetivo comercial, es una acción de ambient marketing con propósitos sociales que utiliza el temor para crear conciencia.
