A raíz del escándalo que se suscitó entre Facebook y Cambridge Analytica, términos como la big data, redes neuronales y machine learning se encuentran en boca de todos; sin embargo, hay un vocablo que ha adquirido gran relevancia: el algoritmo. A pesar de su popularidad, el concepto no es comprendido cabalmente por todas las personas. Por este motivo, en las siguientes líneas lo explicaremos y definiremos para que quede lo más claro posible.
Aunque en principio pueda parecer algo muy sofisticado y complejo, lo cierto es que un algoritmo básicamente es una serie finita de instrucciones creadas para resolver un cierto problema, la cual es programada en un ordenador para que se ejecute, de acuerdo con datos de Retina, portal de El País, y Código Tlaxcala.
Otro de los detalles que destaca este portal informativo es que los datos se ingresan en el algoritmo para obtener una solución determinada. La entrada de la serie de instrucciones se conoce como input, mientras que la salida es denominada como output.
Se han generado algoritmos no sólo para poder procesar y estudiar información, como es en el caso de big data, herramienta con la cual las marcas y agencias pueden determinar tendencias en el comportamiento de los consumidores. Por ejemplo, los registros generados por la geolocalización de clientes en un retailer con ayuda de sus dispositivos móviles (y, por supuesto, con su autorización) son ingresados en un algoritmo para ser analizados.
Otro ejemplo de la utilización de un algoritmo es con el machine learnig. Por medio de una serie de instrucciones programadas, una computadora es capaz de generar conocimiento por medio de los datos que se le ingresan sin necesidad de estar explícitamente programada para hallar aquella información en particular.
Debido a su utilidad, el algoritmo es utilizado con más frecuencia en el mundo del marketing BTL para comprender mejor al consumidor y poder tomar decisiones más conscientes.
