En definitiva, El juego del calamar no termina de dar de qué hablar, el furor del megaéxito de Netflix ha conseguido que para Halloween, miles de personas alrededor del mundo planeen disfrazarse de los personajes de la serie surcoreana. No obstante hace unos días se revelaron las cifras “reales” de su consumo y estas indican 132 millones de personas ya la han visto.
De acuerdo con Bloomberg News, los 132 millones engloban incluso a quienes han visto desde dos minutos de la serie, sin embargo, 117 millones vieron al menos 75 minutos y 87 millones llegaron a consumir la temporada completa. Además, el impacto económico que El juego del calamar habría tenido para Netflix, equivale a 891 millones de dólares.
Si bien, las cifras de consumo y el impacto económico no tienen precedentes, es probable que el impacto psicológico tampoco los tenga. De acuerdo con ABC Bienestar la entrega de Netflix se ha hecho viral debido a que el contenido engancha al espectador, en un principio, a través de la ira y el miedo. Si bien no son emociones tan agradables, al experimentarlas con tanta intensidad suele ser atractivo, incluso placentero.
De acuerdo con la psicóloga por parte del Cepsim, Candela Molina, el que esta serie genere “morbo y disfrute en la sociedad”, habla de un “espectador que se enfría ante la violencia”, pierde sensibilidad, se recrudece, y esto le reduce la capacidad de sentir empatía hacia el resto de las personas. Y si en algún momento has escuchado que “violencia genera violencia” esta podría ser la tesis.
La desensibilización ante la violencia llega al punto de adoptarla y normalizarla. De hecho, los adolescentes y los niños son más vulnerables a estos efectos, debido a que aún están en un desarrollo emocional, intelectual, cultural, moral y social. Y este impacto se puede visualizar a través de una imagen que se ha viralizado en las redes, de una niña a la que su familia le celebró su cumpleaños con la temática de El juego del calamar y esta fue vestida como la muñeca del juego “luz roja, luz verde”.
Sobre esta, también se ha hecho viral la reflexión de un teólogo que afirma que “La violencia normalizada en la cultura de la muerte, no es para niños… Cuando normalizamos la violencia, y como padres, permitimos que nuestra pequeña elija como tema de fiesta, una muñeca que mata ‘inocentemente’ con una canción, somos cómplices de una sociedad que relativiza el dolor ajeno”.
Y añade que una serie como El juego del calamar, no es para niños y mucho menos debería de ser una opción para que los pequeños imitaran a sus personajes. “Si educamos en la deshumanización, estamos tomando el camino equivocado, y el precio es muy alto”.
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