A finales de 2018 se dieron a conocer los virtuales cisnes negros (sucesos poco probables pero que de suceder tendrían un efecto negativo en la economía mundial), realizados por la firma Saxo Bank, para el 2019, entre los que destacaron, por un lado, un bréxit duro (es decir, sin un acuerdo entre el bloque y el Reino Unido); por otro lado, también se mencionó la desaceleración económica de Alemania, a raíz de una crecimiento marginal de la industria automotriz de aquel país. Precisamente sobre esto último, la agencia de noticias EP dio a conocer que el país teutón se quedó al borde del estancamiento económico, en medida de que, para el tercer trimestre del año, tan sólo logró crecer un 0.1 por ciento.
Peter Altmaiter, titular del Ministerio de Economía de Alemania, comentó que el principal aspecto que impulso a la economía fuera de la zona del estancamiento fue el consumo, el cual se incrementó en dicho periodo de tiempo.
Otro de los aspectos importantes que mencionó el titular del Ministerio de Economía fue que buena parte del crecimiento se debió puntualmente a un incremento en el gasto realizado en los hogares, el cual estaba destinado puntualmente a consumo. Otro de los aspectos que logró impulsar la economía en el país son las exportaciones, las cuales tuvieron un crecimiento durante el tercer trimestre, en tanto que la formación de capital fijo en construcción también fue otro de los aspectos que también lograron sacar avante al indicador.
Otro dato interesante que se dio a conocer fue que el crecimiento marginal en la economía alemana vino acompañada de 45.4 millones de trabajos generados, de tal manera que esta indicador tuvo un crecimiento de 0.8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Alemania es uno de los principales motores económicos para la Unión Europea, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) se espera que llegue a los 3,863.34 MMDD (cifra que se encuentra por debajo de los 3,951.34 MMDD, según datos de Statista, que también comenta que el PIB para el 2018 alcanzó los 15.89 BDD.
