La cadena de supermercados de origen Holandés, Albert Heijn, se vio inmersa en una problemática mayor. Pues aunque su intención era cambiar los uniformes de sus colaboradores, la forma en la que indagó las tallas necesarias estuvo fuera de lo común y fuera de lugar, pues por encima de solo preguntar las tallas o de basarse en estadísticas poblacionales; solicitó a los empleados tomarse una foto en ropa interior o en ropa deportiva ajustada.
Al respecto, los voceros de la marca señalan que al inicio parecía mucho más práctico pedir a los empleados que tomaran la foto y la cargaran en una aplicación intermediaria, en lugar de recibir 100 mil correos electrónicos con las tallas; la cantidad de trabajadores que según Inc.com tiene esta empresa. No obstante, la tecnología y la intención de innovación, hizo que la situación se saliera de control.
Así mismo, aún sin querer dejar de lado la modernidad, pudo haber sido posible recurrir a una aplicación que tuviera un menú desplegable de tallas, de entre el que los colaboradores hubieran podido elegir la suya. No obstante, la marca decidió usar la app que invade la privacidad a niveles mayores.
Por si fuera poco, de acuerdo con datos de BBC, el correo de la empresa en el que se convocó a los trabajadores a participar en esta innovadora prueba, señalaba que tomar y cargar la foto era “esencial y obligatorio”, pues así se simplificaría el proceso además de garantizar que los uniformes fueran de la medida exacta.
Por ahora la marca se ha encargado de reiterar que participar en las pruebas no era obligatorio, añadiendo que el único objetivo era tener los uniformes listos en 1000 tiendas para el siguiente año. Sin embargo, parece ser demasiado tarde, pues incluso la Autoridad de Protección de Datos (APD), se ha encargado de calificar como extraña esta situación.