Ya que un buen líder destaca por ser el mediadoro objetivo, quien consigue reconciliaciones amistosas, a continuación, se ofrecen ocho puntos claves para ser un buen negociador.
Prioridades de la marca.
Aunque es difícil hacer coincidir los interese, se tiene que partir de tener claras las prioridades, pero también es bueno conocer aquellas a las que se enfrenta.
Reconocer la otra cara.
El perfil del otro debe de dar la perspectiva que se enfrenta, tanto la personal como la de la marca que representa. El historial profesional o antecedentes de quejas, los productos adquiridos; todo ayuda para hacerle frente.
Con calma.
No hay que apresurar las cosas. La cabeza fría es una buena estratega. Los enfrentamientos exigen un adecuado ritmo y cierta tensión, todo en el punto para llegar a un acuerdo favorable en ambos sentidos.
Anticipación.
Es básico acudir a la plática bien preparado, con los temas estudiados y con una buena exposición de los acuerdos a los que se pretende llegar. No se trata sólo de escuchar, sino de defender una postura y considerar inteligentemente las demás.
Proactivo y feedback.
Saber escuchar y exhibir los motivos particulares no significa que un encuentro sólo tenga una parte. Hay que abordar el tema desde lo particular y apoyar con bases bien cimentadas . Hay que encontrar y aportar soluciones, esa es la tarea de un buen CEO.
Hora de ceder.
Un buen negociador busca que ganen las dos partes, lo cual implica pérdidas de ambos lados. Para ello hay que fijar una línea que no se puede cruzar, otra que tal vez no es prometedora y una que sea fácil de borrar.
Las alternativas.
Aunque no se puede exponer ante las otras partes, siempre hay que contar con un segundo plan. Así como no se puede conseguir todos los acuerdos, una vía al ternativa genera seguridad y tranquilidad al abrir las cartas.
