Tengo una verdadera fascinación por los auténticos cocineros. Aquéllos dueños del oficio que son atrapados por su oficios y que lo llevan por su legado, tradición, por herencia y no como un cargo más o por moda, sino como un verdadero compromiso y responsabilidad con los otros. Cocinar es un verdadero acto de amor para los otros.
Hoy más que nunca, es cuando tenemos que apoyar al sector de los restaurantes porque estas experiencias las necesitamos ahora mucho mas que nunca.Estas experiencias cada día se volverán más escasas. Muchas veces el oficio de la cocina está infra valorado dentro de las experiencias más importantes de los clientes a nivel mundial pero siempre estarán ahí. Son tan elementales y esenciales que no las vemos. Después de todo esto, tendremos que retomar lo esencial, llegar al origen otra vez. Cribar entre las experiencias y quedarnos con lo más esencial para borrar o que ya no sirve. Lo primario nos mantendrá fuerte y nos llenará de templanza para seguir adelante para resolver el futuro inmediato. No importa que la incertidumbre nos llame a la puerta, si comunicamos lo esencial estamos completos y si estamos completos, seremos felices en plenitud. La reinvención será suficiente y fluirá de forma natural.
¿Hacia dónde se moverán las experiencias gastronómicas ahora? ¿Tienen dirección?
No tengo duda de que sí. Se mantendrán vivas. La cocina tiende a ser más honesta que nunca. En cuanto a su preparación, sus ingredientes, insumos, sanidad, cultura y tradición. Con un respeto real a quien la come y a quien la produce. Se comerá de forma mas tribal que nunca. Será un ritual que convocará a comensales que se agruparán en necesidades específicas entre parrilleros contra veganos, por ejemplo y así sucesivamente. La polarización cultural de la sociedad será un reflejo en la gastronomía. La gente encontrará un refugio de los tiempos oscuros que vienen en el comer y beber, no sólo como una experiencia de salida o de escape. Será una experiencia de convivencia tribal con los suyos, con los que se comparte placeres esenciales de la caza y la pesca. De la recolección y del hablar offline. Los comensales tenderán a encontrarse así mismos en las mesas. Para vencer sus miedos, a lo que viene. Y los que velarán por que todo eso pase serán los cocineros y los templos del placer de todo esto, serán los restaurantes.
La sal y la mesa siempre estarán con nosotros. Y lo que necesitaremos son cocineros auténticos que velen por nuestros sabores, que los conserven que nos permitan resguardar los sabores que necesitamos conservar en nuestra memoria para ser felices. Que guardemos en nuestra memoria los sabores que siempre recordaremos. Al final, a eso venimos. A guardar esas experiencias de sabor en pequeños cajones de nuestro cerebro almacenados. Que poco a poco van siendo guardados y prevalecen en nuestra vida. De súbito se disparan. Se van destapando por motivos que nos hacen recordar que pese a todo estamos vivos. Para eso es la mercadotecnia para eso servimos, para eso sirven los cocineros y los que los promovemos. Gracias por recordarme los esencial. Esta semana tuve la oportunidad de recordar sabores auténticos y esenciales de cocineros verdaderos en mi visita a Elly´s Maestros Del Prime Rib que me hicieron ver que, pese a todo las experiencias siguen existiendo si sabemos buscar entre lo mejor. Vean mi video columna en donde cuento mi experiencia en Mercadotecnia Gourmet de esta visita.