Al preguntarnos qué es un líder, muchas ideas pueden llegar a nuestra mente: quien da órdenes, quien aporta más capital en un proyecto, quien puso la idea principal del mismo… Sin embargo, ¿qué es ser verdaderamente un líder? Podría considerarse como la persona que orienta a un grupo de individuos con un fin común, pero que, además de eso, conoce a profundidad a cada uno de los elementos de su equipo para potencializar su potencial y para empoderarlo también. ¿Cómo se puede lograr esto? Parte de esta pregunta se responde por medio de la actitud que el jefe tiene respecto a sus empleados, aspecto sobre el cual hablaremos en las siguientes líneas.
La actitud de los jefes para con sus colaboradores siempre debe ser positiva. El principal motivo de esto es que, si ellos son positivos en todo momento, no sólo generan un buen ambiente laboral, sino que también desarrollan empatía con los elementos de su equipo, aspecto que les permite tener un acercamiento que facilite el diálogo, la confianza y el respeto.
El tener una actitud positiva para con sus colaboradores facilita incrementar no sólo la productividad y la eficiencia al momento de cumplir las metas en común que se ha fijado el grupo. ¿Por qué? Los trabajadores tranquilos y felices pueden realizar de mejor manera las tareas que le fueron encomendadas.
Cabe destacar que cuando un líder tiene una actitud positiva y genera empatía con sus colaboradores tiene la posibilidad de recibir una retroalimentación franca y útil por parte de ellos. Al sentirse en confianza es posible que los colegas de trabajo estén más abiertos a expresar su opinión y a decir qué áreas de oportunidad vendo tanto en su quehacer diario como en el de los demás.
Finalmente, un líder con esta cualidad puede resolver, por medio de la empatía y de escuchar activamente a sus colaboradores, los conflictos que puedan surgir entre ellos.