El sostén de toda acción de marketing directo es una buena base de datos. Con ella se puede generar una estrategia de telemarketing, emailing, CRM o incluso de big data. Esto es muy usual; sin embargo, el verdadero reto vienen cuando se tiene que hacer que planear y ejecutar su respectiva campaña dirigida a un público meta muy específico: niños.
¿Por qué es un reto hacer marketing directo dirigido a niños? Legalmente las empresas no pueden contactar ni reunir directamente los datos de menores de edad; por lo que las agencias y las compañías tienen que hacer por medio de los padres.
Pero, ¿cómo se pueden conseguir la información de los niños para la generación de una base de datos? La regla básica es la misma para cualquier tipo de target: una relación ganar-ganar; sin embargo, no sólo hay que pensar en el chico para lograrlo, sino que tenemos que contemplar a la familia como una unidad.
Para establecer la relación ganar-ganar habrá que pensar qué le podemos ofrecer a sus integrantes: por ejemplo, a cambio de sus datos, al niño le podemos dar diversión o entretenimiento; mientras que al padre de familia se le puede ofertar que el niño obtendrá un cierto aprendizaje. Este principio es bastante común en instituciones educativas como los museos.
Sin embargo, cabe destacar que para evitar cualquier tipo de inconvenientes, siempre será mejor establecer una comunicación entre las tres partes, o sea, entre los padres, el menor de edad y la empresa o marca en cuestión.
En dado caso de tener que trabajar estrategias de marketing directo con niños, lo más conveniente siempre será obtener asesoría legal en todo momento para evitar cualquier tipo de eventualidad que se pueda presentar, ya sea en la recolección de información o incluso en la ejecución de una determinada campaña.
