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En promedio las empresas es uno de los espacios donde los trabajadores invierten mas tiempo, es natural que en una sociedad machista, como la nuestra, este comportamiento se traduzca en los espacios laborales.
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De acuerdo a un estudio de Promundo, realizado en 2019, determinó que las masculinidades y sus expresiones tóxicas tiene un costo de 3.8 millones de millones de dólares, en Reino Unido, 15.7 millones de millones en Estados Unidos y 1.4 millones de millones en México.
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El machismo es un fenómeno sistemático, presente en la base de la gran mayoría, si no es que de todos los mexicanos.
El día de ayer uno de los temas que estuvo en la escena pública fue el del senador de Movimiento Ciudadano por Nuevo Léon, Samuel García, que tras realizar un live por redes sociales se hizo viral. En el video que llegó hasta la prensa extranjera se ve al senador regañar a su esposa, Mariana Rodríguez influencer, por enseñar la pierna, al concluirle video, reafirma con un “me casé contigo para mí, no para que andes enseñando”.
Al poco tiempo de ser publicado el video a través de Twitter y otras redes sociales las criticas cayeron por montones, al senador lo tacharon de machista y de tener “desplantes de marchito del siglo pasado”.
¿Te huele a machismo?
Durante un ‘live’, el senador de Nuevo León, Samuel García, le pidió a su esposa Mariana Rodríguez bajar la rodilla porque “estaba enseñando mucha pierna”. pic.twitter.com/UbaZhdC0KZ
— AJ+Español (@ajplusespanol) August 10, 2020
Ante la polémica el senador respondió: “Las bromas machistas son una mala costumbre que tenemos muchos que quitar. Ya me disculpé con Mariana y agradezco que me señalen este tipo de actitudes. No son correctas y tienen que parar”.
El video desató una discusión que si bien no es nueva y ha acompañado a buena parte de la sociedad mexicana, a lo largo del tiempo, esta vez parece tener mayor revuelo y un cambio en el discurso.
Los argumentos ya no giraron en torno si lo realizado por el senador era o no una actitud machista, sino que todos dimos por hecho eso. Es decir, poco a poco el halo de tolerancia hacia este tipo de actitudes comienza a decrecer, al tiempo que estas posturas comienzan a contrastar con una sociedad cambiante, que se ha hecho mas sensible a este tipo de problemáticas sociales.
El machismo y las empresas
Sin embargo la discusión ya está en las escena, pero ¿llegará a las empresas? En promedio las empresas es uno de los espacios donde los trabajadores invierten mas tiempo, es natural que en una sociedad machista, como la nuestra, este comportamiento se traduzca en los espacios laborales.
De acuerdo a un estudio de Promundo, realizado en 2019, determinó que las masculinidades y sus expresiones tóxicas tiene un costo de 3.8 millones de millones de dólares, en Reino Unido, 15.7 millones de millones en Estados Unidos y 1.4 millones de millones en México.
Partamos de la idea de que el machismo es un fenómeno sistemático, presente en la base de la gran mayoría, si no es que de todos los mexicanos, incluyéndome claro, tan normalizado que es difícil encontrar un espacio libre de esto, tan enraizado que a veces resulta complicado identificar sus dilemas y estructuras.
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En México el machismo cuesta, entre los costos de acuerdo a Promundo, se encuentran la violencia tiene un costo de 670 millones de dólares, hostigamiento sexual con un costo de 314,800 millones de dólares y depresión con 2,900 millones de dólares.
Por último cito a una de mis twitteras favoritas, Valeria Angola: “No podríamos hablar de transformación social si no tuviéramos la posibilidad de salir/cuestionar los lugares que ocupamos en la estructura”.
