No Escupan Sobre Mi Marca
Por Joan Alvares Lamarca
Vimos como Domino’s Pizza, un gigante de la comida rápida en Estados Unidos, sufrió la insensatez de dos de sus (ex) trabajadores: sin otro mejor quehacer en su horario laboral que el de manosear, escupir y frotarse la comida por las partes menos nobles de su cuerpo.
Los jóvenes empleados grabaron en video una grotesca escena para subirla a YouTube. No sin antes demostrar, también en imágenes, que sus fechorías habían terminado en la boca de un hambriento cliente.
Más allá de que el video haya provocado náuseas a millones de espectadores, alimentado debates sobre la higiene de las cocinas fast food y que sus autores estén en manos de la justicia, más allá de todo esto, lo que revela el documento es una realidad incontestable: hoy las marcas son más frágiles que nunca.
“Todo lo que digas en internet puede ser utilizado en tu contra” comentaba hoy un compañero de Poko Frecuente ante un director de marketing preocupado por sus relaciones públicas online: “hay que esmerarse para que haya internautas que amen la marca hasta el punto de defenderla”.
Y ciertamente la red es un entorno tan atractivo como peligroso. Atractivo porque un video planificado por la marca puede expandirse tan rápida y masivamente como un virus. Ahí están los conocidos virales de Levi’s, Nike o Quicksilver. Y peligroso porque, un video perjudicial para la marca puede obtener el mismo efecto sin que ésta pueda hacer más que defenderse “”en el caso de Domino’s, su ceo respondió en YouTube para calificar al incidente de “aislado” e “indigno de una compañía que se ha ganado a pulso la confianza de sus clientes”””.
Todavía ahora es imposible cuantificar el daño que el suceso le ha causado a Domino’s. Ni siquiera podemos saber aún con seguridad si fue una fechoría de dos jóvenes o un ataque fríamente calculado por la competencia “”esta teoría cobra fuerza en algunos foros””. Lo que si sabemos es que internet, y no en vano, es el escaparate más grande del mundo, expone las marcas a un riesgo incluso mayor que el de contratar a dos cerdos por empleados.
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