Justo el primer cliente que creyó en nosotros, sobre todo en la parte digital, nos acaba de pedir una serie de resultados, que al analizarlos nos dimos cuenta de que tienen que resolverse con tácticas tradicionales.
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Al principio nos movió un poco el tapete, porque a pesar de que presumimos que la agencia le juega a ser balanceada, con esta cuenta llevamos casi año y medio trabajando soluciones digitales.
No creo que la adaptación sea mala, al contrario, creo que llega en un momento adecuado, porque seguir invirtiendo recursos en la parte digital sólo iba a ser que diéramos vueltas sobre el mismo eje.
Lo interesante de este aprendizaje es que tal vez nos dormimos un poco en nuestros laureles digitales, ya que hasta el momento las herramientas online nos han dado buenos resultados, sin embargo, tuvimos que ser conscientes de que no todos los perfiles a los que queremos llegar están siempre conectados y los que están conectados no lo están el 100 por ciento del tiempo: también son personas que viajan en sus autos y vienen escuchando el radio, que aunque sea un ratito ven la tele en las noches y que hasta leen una revista periódicamente aunque sea en el baño.
Además de todo esto, el movimiento hacia lo offline parece ser que puede dar buenos resultados, sobre todo porque la competencia ya empieza a saturar los medios digitales, así que movernos un poco fuera del internet sin duda nos va a diferenciar.
Ahora sólo resta hacer las cosas bien, y esto significa:
1. No descuidar lo ya construido en la parte digital
2. Entender bien a nuestro mercado de manera íntegra, es decir, ni sólo en la parte online ni en la offline
3. Cuidar que la imagen y posicionamiento alcanzados con los esfuerzos hechos en Internet se alineen con las adaptaciones
Así que empezamos el año con cambios interesantes, pero como lo mencioné en la columna anterior, la adaptación, sin duda será una ventaja para las agencias.