Por: Pablo Mercado
Twitter: @paglom
email: pablo.mercado@sensorikmkt.com
Son casi 10 años los que llevo trabajando en el área de marketing, gracias a esto he tenido la oportunidad de participar en diversas áreas como son: Investigación de mercados, diseño, btl, eventos y lanzamientos de productos. Un día leí un artículo de Bernd Schmitt sobre el marketing emocional que me llevo a reflexionar sobre cómo se estaba aplicando este tipo de marketing en México. Mi sorpresa fue que casi no existía información sobre este tema y el material disponible era bastante viejo.
Con esta inquietud en la mente decidí investigar sobre el tema y posteriormente fundar Sensorik, agencia especializada en marketing sensorial y emocional. Después de 2 años de haber fundado la agencia y haber trabajado con varias marcas, me he dado cuenta de lo poderosos que son los 5 sentidos para transmitir cualquier tipo de mensaje o idea y sobre todo de que muchas de las decisiones que tomamos se basan en lo emocional.
Por ejemplo, si yo les preguntara por qué se casaron con determinada gente o por qué tienen de pareja a la persona que escogieron, seguramente la respuesta está basada en lo emocional.
Afortunadamente no todos los días tenemos que escoger pareja, pero sí tenemos que decidir entre: Coca Cola y Pepsi, Apple y Microsoft, Sabritas y Barcel, McDonald’s y Burger King, y una larga gama de productos con los que nos topamos en nuestro día a día.
Pero ¿qué es lo que hace que nos decidamos por un producto y no por otro?
Anteriormente pensábamos que era gracias a una buena publicidad, pero actualmente somos bombardeados con más de 3000 mensajes publicitarios al día. Al ver tanta publicidad por todos lados obviamente se pierde toda efectividad y el impacto es muy bajo, en muchos casos hasta nulo. Si no me creen traten de recordar 3 anuncios que hayan visto hoy.
Otro error que se comete constantemente es pensar que escogemos el producto que ofrece la mejor calidad o mayor cantidad al mejor precio, sin embargo, hoy en día los productos en los anaqueles no ofrecen prácticamente ninguna diferenciación y cualquiera puede hacer una estrategia de descuentos u ofertas en el punto de venta.
La respuesta para saber qué es lo que hace que nos decidamos por un producto y no por otro en realidad vive en nuestro inconsciente. Así es, el 95% de las decisiones que tomamos son dictadas por el inconsciente. Lo que influye directamente al inconsciente son las emociones, decidimos basados en lo emocional y justificamos en lo racional.
Lo que buscan los clientes es experimentar diferentes emociones antes de la compra y durante el consumo de un producto o servicio. Si esto se logra, el éxito está asegurado.
Los mercadólogos tenemos que trabajar cada vez más en descubrir como influenciar el comportamiento inconsciente y entender las emociones de los clientes. La mejor forma para lograrlo es por medio del marketing sensorial.