Imagina que estás planeando tus vacaciones. En lugar de pasar horas comparando vuelos, leyendo reseñas o consultando blogs de viajes, simplemente le dices a tu agente de IA: “Quiero un viaje relajante a la playa, con buen clima, comida deliciosa y sin muchos turistas”. En segundos, el agente virtual filtra miles de opciones, selecciona las mejores, reserva el hotel, sugiere restaurantes con base en tus preferencias y hasta añade recomendaciones personalizadas basadas en tus viajes anteriores.
No estoy hablando del futuro, ni siquiera de una posibilidad a corto plazo. Es el presente.
Pero ¿qué es un agente de IA (agentic AI)? Son sistemas y modelos de inteligencia artificial con autonomía, capaces de tomar decisiones complejas para sus usuarios; además, comprenden el objetivo o la visión del usuario y el contexto del problema que intenta resolver. A diferencia de la IA generativa como ChatGPT, se centran en la toma de decisiones en lugar de la creación de contenidos y están configurados para optimizar objetivos específicos.
Estos sistemas inteligentes demuestran que cada vez más consumidores están dejando de ser los protagonistas directos del proceso de compra y delegando esa tarea a agentes de inteligencia artificial. De hecho, una encuesta de Statista de 2024 revela que el 40% de los consumidores a nivel mundial ya ha utilizado herramientas de IA para planificar sus viajes. La tendencia es clara: no solo confiamos en las máquinas para asistirnos, sino que están tomando decisiones de compra por nosotros.
Este cambio radical está desafiando las reglas del marketing digital. Lo que antes era una batalla por captar la atención humana —impactar con un buen diseño, emocionar con una historia o convencer con una oferta irresistible— ahora es una carrera por agradar a un algoritmo autónomo, entrenado para tomar decisiones óptimas en milisegundos.
Si antes escribíamos para humanos, hoy escribimos también para agentes, cambiando cómo se consume y también cómo debe pensarse el marketing.
Estrategias para convencer al algoritmo
Los agentes de IA no solo recomiendan, también deciden. A diferencia de un motor de búsqueda tradicional, que te da una lista de resultados para que elijas, estos agentes evalúan contexto, historial de comportamiento, precios, disponibilidad y reputación… y luego actúan.
Un informe de Capgemini revela que el 58% de los consumidores ya ha reemplazado los buscadores tradicionales por herramientas de inteligencia artificial para obtener sugerencias de productos o servicios. Es decir, cada vez más personas le preguntan a la IA “¿qué me conviene?”, y confían en su criterio.
¿Cómo competir en ese entorno? Aquí algunas estrategias clave:
- Optimiza para la intención, no solo para el SEO. Los agentes de IA entienden lenguaje natural y contexto, por lo que el contenido debe responder con precisión a intenciones específicas, no solo palabras clave.
- Entrena tus datos. Asegúrate de que la información de tus productos o servicios esté estructurada, actualizada y sea fácilmente accesible para que pueda ser leída e interpretada por agentes de IA.
- Crea contenido confiable y bien citado. Los algoritmos priorizan fuentes verificadas. Invertir en contenido original con datos duros y referencias claras puede aumentar la probabilidad de ser seleccionado.
- Construye autoridad digital. La reputación en línea no solo importa para los humanos; los agentes también ponderan calificaciones, menciones y backlinks al momento de decidir.
- Diseña experiencias post-interacción. Una vez que el agente te elige, el usuario debe tener una experiencia tan positiva que refuerce su preferencia. Así, el agente recordará esa opción para la próxima vez.
De la persuasión humana a la programación de la confianza
El marketing digital ya no se trata únicamente de emociones, sino de precisión algorítmica. No basta con gustar: hay que ser elegido por una inteligencia artificial que compara, filtra, prioriza y compra por nosotros.
El desafío es doble. Por un lado, no podemos dejar de hablarle a los humanos: la marca sigue necesitando propósito, voz, empatía. Pero al mismo tiempo, debemos asegurarnos de que esa voz también sea comprensible, útil y relevante para los nuevos mediadores de consumo: los agentes de IA.
Así como el SEO cambió la forma en que escribimos en la era Google, los agentes de IA están redefiniendo cómo debemos construir presencia digital en la era agéntica. Adaptarse no es opcional. Tu próximo cliente no lee, ni siente, ni navega… pero decide.
Y ya está escuchando.