Giovanna Mureddu es cofundadora y CEO de Skinbar by Gio, una innovadora clínica de belleza en el corazón de la Roma Norte en la Ciudad de México. Su historia de emprendimiento surge cuando cursaba Mercadotecnia y Comunicación en el Tec de Monterrey. En sus años universitarios nació su interés por iniciar un negocio propio que fusionara sus pasiones: ayudar a otras personas y la industria de la belleza.
Tras graduarse con honores, Giovanna trabajó para importantes compañías de cuidado personal en México como L’Oréal y Avon. Si bien encontraba satisfacción profesional, en el fondo anhelaba emprender. El punto de quiebre llegó cuando decidió capacitarse como cosmetóloga al descubrir su vocación de acompañar a mujeres en el proceso de cuidado de la piel y envejecimiento natural.
Giovanna compartió que de pequeña sufrió problemas de acné durante años, lo cual le dejó secuelas emocionales por la vergüenza y falta de autoestima. Esto despertó en ella un profundo interés por comprender a nivel integral el cuidado de la piel: “Cuando trabajas en la industria de belleza no solo se trata de vender servicios o productos de cuidado personal, realmente es una industria que tiene un impacto emocional muy profundo en todas las mujeres”.
Armada de su título en Cosmetología y Estética, mucho entusiasmo y algunos ahorros, Giovanna comenzó a recibir clientas para tratamientos faciales desde su pequeño departamento. El voz a voz sobre la calidez de su trato y lo efectivo de sus técnicas no se hizo esperar. Pronto la agenda de citas creció exponencialmente. Fue así como tras 2 intensos años atendiendo mujeres en su hogar, en 2022 Giovanna abrió las puertas de Skinbar by Gio, la clínica de sus sueños.
Skinbar by Gio representa una experiencia holística de belleza global con sede en México que va más allá del cuidado superficial. Su propuesta única radica en empoderar a las mujeres para que se sientan cómodas, seguras y bellas con su apariencia a través del paso natural del tiempo, sin obsesionarse por esconder la edad o las arrugas.
La clínica combina tecnología de punta como radiofrecuencia, ultrasonido, láser de CO2 fraccionado y luz pulsada intensa (IPL) con rituales ancestrales de belleza y un toque energético mediante piedras preciosas. “Busco fusionar las últimas tecnologías en la industria de belleza con los rituales ancestrales de belleza que existen en el mundo”, describe.
El nombre “Skinbar” refleja que más que una clínica tradicional fría y austera, es un lugar cálido y acogedor. Un punto de encuentro entre amigas donde celebrar la belleza femenina mientras saboreas un cóctel healthy y escuchas música relajante.
Si bien abrir Skinbar by Gio representó la cristalización de su sueño, el camino empresarial no ha estado exento de obstáculos. Giovanna considera que el principal desafío ha sido posicionarse en la creciente pero muy competida industria de la belleza y cuidado personal. Tan solo en los últimos 5 años, la categoría de tratamientos faciales y corporales en México ha mostrado un incremento de 25% anual.
Ante este acelerado crecimiento, compañías internacionales están entrando al país con importante músculo financiero para adquirir nuevas marcas locales o instalar franquicias de cadenas extranjeras reconocidas. Esto dificulta la contienda para pequeños negocios independientes como Skinbar, que cuentan con un budget de marketing limitado en comparación.
No obstante, lejos de amedrentarse ante los gigantes del sector, este desafío ha impulsado a Giovanna y su socio a redoblar esfuerzos en perfeccionar su oferta de valor. Enfocan la estrategia en crear vínculos profundos con las clientas, posicionando a Skinbar no solo como proveedor de tratamientos faciales, sino como una marca de bienestar que acompaña a las mujeres en el proceso de conectar con su belleza interior.
Sus planes a mediano plazo son abrir nuevas sedes en la Ciudad de México y comenzar la expansión a otros estados del país. Giovanna también explora constantemente nuevas técnicas y equipos de vanguardia para mantenerse a la par de las tendencias de la industria sin perder la esencia de la marca.
Finalmente, cuando se le preguntó qué consejo le daría a su yo del pasado, Giovanna respondió sin dudar: “A mi yo de la juventud le diría que emprender vale la pena… que con una buena planeación financiera y la disciplina personal correcta todo sueño se puede convertir en un negocio que dé fruto y sea rentable”.
Y remató con la siguiente reflexión para quienes tienen el llamado del emprendimiento: “Emprender no solo se trata de ser disruptivo en una industria, sino realmente se trata de aportar un valor tan grande a una persona que no pueda rehusar tu oferta”.
La historia de Giovanna Mureddu ejemplifica cómo las grandes aventuras empresariales pueden comenzar desde casa con iniciativa, pasión y consistencia para materializar las ideas en realidades. Su trayectoria inspira a no postergar los sueños y atreverse a convertirlos en propósitos de vida.