- Ante las nuevas variantes de COVID-19 y la complejidad del escenario económico los pequeños negocios deben cuidar su liquidez.
- El uso de instrumentos financieros especialmente diseñados para PyMes puede ayudarles a sortear los desafíos de este año.
- “No serán retos menores y tendrán que hacer valer todas las herramientas a su alcance para tratar de superarlos”, apunta experto.
Este año avanza lleno de incertidumbre. La variante ómicron del coronavirus presenta nuevos escenarios que hace que los pequeños negocios y los de gran tamaño también se preparen para un contexto similar al de principios de la pandemia.
Pero el impacto no es igual para todas las unidades económicas. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima que 99.8 por ciento de las empresas en México son micro, pequeñas y medianas (PyMes); de éstas, durante 2020 y 2021 al menos 20.81 por ciento (cerca de un millón) tuvieron que cerrar sus puertas de forma definitiva. Aunado a lo anterior, 2022 comienza después de un registro de inflación anual de 7.36 por ciento que impacta directamente en los presupuestos y hábitos de consumo de los mexicanos.
“Sin duda este 2022 es un escenario complejo para los pequeños negocios. La mayoría de ellos no ha logrado recuperarse de la crisis económica derivada de la pandemia. Y ahora tienen que prepararse para algunos meses más de incertidumbre. No serán retos menores y tendrán que hacer valer todas las herramientas a su alcance para tratar de superarlos”, advierte Bernardo Prum, Managing Director de Creze, plataforma que ofrece préstamos en línea para pequeñas y medianas empresas en México.
Inventarios interrumpidos
A lo largo de 2021, se conjugaron distintos factores -alzas en el mercado de hidrocarburos, escasez de chips semiconductores y reactivaciones económicas paralelas en todo el mundo- para poner en un estrés sin precedentes a las cadenas de suministro a nivel global. Esto ha impactado los inventarios de pequeños negocios en México y se trata de un reto que continuará al menos durante la primera mitad de 2022. Por un lado, no pueden abastecerse con el flujo al que estaban acostumbrados y que requieren para atender a sus clientes; por el otro, la escasez de ciertos productos y materias primas ha hecho que sus gastos aumenten.
“Las empresas más grandes tienen la capacidad de absorber esos choques en los suministros y parte de los sobreprecios, pero las PyMes del país tendrán que encontrar la manera de administrar eficientemente sus inventarios para librar el problema. Realizar una planeación financiera a corto y mediano plazo, cuidar su liquidez, eficientar procesos y detectar cuáles son sus productos y servicios más demandados, puede ayudarles a mantener inventarios esbeltos y resilientes ante este reto”, apunta el Managing Director de Creze.
Negocios cerrados o limitaciones de aforo
El aumento en casos de COVID-19 en México presenta un escenario en el que es posible que se vuelvan a implementar medidas de cierre de negocios, limitaciones de aforo o incluso que ante el temor de un contagio las personas opten por no acudir a ciertos lugares. Esto trae consigo un reto enorme para los pequeños negocios que dependen en gran medida de transeúntes como los restaurantes, pastelerías, cafeterías, entre otros.
Para sobreponerse a este escenario retador, las PyMEs que no lo han hecho aún tendrán que crear canales digitales y alternativos de venta para prepararse ante estas posibilidades.
Problemas de liquidez
Buena parte del contexto inicial de 2022 tendrá un impacto en los flujos de dinero de los pequeños negocios. La inflación actual, baja de clientes y la interrupción de sus inventarios, entre otros aspectos, probablemente traerán consigo problemas de liquidez para las empresas
“En esa coyuntura, las PyMes tendrán que ser muy estratégicas con sus manejos administrativos. Una buena solución a estos retos puede ser buscar un crédito hecho a la medida del negocio, con entidades que ofrezcan facilidades de pago, para que esa financiación sea una herramienta de apoyo y no una deuda futura”, concreta Prum.