El nuevo tipo de coronavirus está causando ansiedad y pánico en todo el mundo. Todos los días tenemos actualizaciones de cómo está avanzando, del número de muertos y cambios drásticos que cada país y cada comunidad están haciendo. Es normal preocuparse, pero la ansiedad y el pánico también pueden ser anormales. Cuando tenemos una pandemia, una emergencia de salud pública, es muy importante cuidar nuestra salud mental. Qué podemos hacer para estar calmados?
- Eduquémonos de fuentes fidedignas. Limitemos nuestra exposición a canales y redes que no están educando sino alarmando. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad científica tienen datos que no todos los medios están reportando y que están basados en hechos.
- Seamos realistas. El virus es real pero no caigamos en conclusiones erróneas. Todos nos vamos a enfermar y 80% nos vamos a curar, según científicos. La ansiedad y el pánico solo trastornan la realidad con supuestos fatalistas. La naturaleza de la ansiedad es pensar lo peor.
- Aceptemos la incertidumbre. A los seres humanos nos cuesta mucho trabajo manejar la incertidumbre pero tengamos claro que la comunidad científica está trabajando para comprender este virus y eventualmente tener una vacuna. Es cuestión de tiempo, ¿cuánto? No sabemos, pero hay que prepararnos y saber que nos va a tomar meses.
- Enfoquémonos en lo que podemos controlar. En la vida siempre hay cosas que podemos y que no podemos controlar. No podemos controlar el virus, pero sí podemos seguir las instrucciones de higiene, distanciarnos socialmente, evitar viajar, etc. De esta manera se reduce nuestra sensación de impotencia.
- Aceptemos que hay que adaptarnos. Ya Darwin lo dijo: “No es el más inteligente ni el más fuerte de las especies el que sobrevive, pero la especie que sobrevive es aquella que mejor se puede adaptar y ajustar la medio ambiente cambiante en el que se encuentra.” Por ahora, tendremos que cambiar nuestro estilo de vida y adaptarnos a las nuevas circunstancias. Aprovechemos para disfrutar nuestras familias y pasarla más en casa.
La naturaleza tiene una forma de equilibrarse que sorprende. De igual forma el ser humano es mucho más adaptable de lo que creemos. El precio es a veces caro, pero ahora un virus nos está forzando a llevar una vida con cambios que pueden ser beneficiosos. Quién iba a creer que íbamos a poder bajar la contaminación así de pronto y darnos cuenta que los abrazos son más enriquecedores que la comunicación a distancia de las redes?
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina en Estados Unidos y tiene un programa de radio semanal en radio América 900am sobre salud mental. Síguela en Facebook (Gabriela Romo), Twitter (@gabrielaromo26) o envía por email gaby@gabrielaromo.com