La contaminación de bolsas y envases de plástico se ha convertido en un tema de alta preocupación en los departamentos de marketing. No solo por cuidar este ecosistema, sino para encontrar soluciones que permitan a sus industrias disminuir el impacto en océanos y playas.
De acuerdo con estudios de Greenpeace, entre 7 y 8 millones de toneladas de plástico se fabrican en México cada año y el 48 por ciento de ellas sólo está destinada para empaques y embalajes que tienen una vida útil corta; y los esfuerzos del reciclado dan resultados. De acuerdo con ECOCE, México es líder en reciclaje de PET en el continente americano, ya que tiene el mismo nivel de recuperación de envases que la Unión Europea. Se estima que en el país se recicla 56 por ciento de los envases de PET que se utilizan.
Sin embargo, el reciclaje y preservación de los ecosistemas naturales es un reto internacional. En Países Bajos, la organización sin fines de lucro Ocean Cleanup, diseñó un prototipo capaz de capturar y retener escombros que varían de tamaño, desde equipos de pesca abandonados, que se conocen como “redes fantasma”, hasta pequeños microplástico de tan solo 1 milímetro. Según Ocean Cleanup, este sistema de recolección de basura está diseñado para limpiar el plástico que flota en el Océano Pacífico.
Los esfuerzos con impacto son distintos. En la industria de alimentos y bebidas, Nestlé Waters, que produce el 11 por ciento del agua embotellada del mundo, ha señalado que redujo 62 por ciento el plástico utilizado en sus botellas de medio litro desde 1994, según National Geographic.
Datos de Statista señalan que el plástico puede demorar hasta 500 años en biodegradarse en el océano. Otros materiales que tardan en biodegradarse son los siguientes: hilo de pescar (600 años), botellas de plástico (450 años), pañal desechable (450 años), soporte para bebidas de plástico (400 años), latas de aluminio (200 años), tazas de poliestireno (50 años), bolsas de plástico (20 años), colillas de cigarros (10 años).
Te recomendamos: