La buena construcción de una marca ayudará a realizar una adecuada promoción de ella misma. Sin embargo, ¿qué implica este concepto? El branding está relacionado con varios aspectos, como el nombre de la firma, su personalidad, su reputación y su presencia en distintos medios. No obstante, hay un componente básico que debemos tener muy presente en todo momento: el logo de la firma en cuestión, el cual forma parte de la identidad gráfica de la empresa y que funcionará no sólo como una tarjeta de presentación para los nuevos clientes sino que también será un diferenciador importante respecto a la competencia.
En su realización debemos tomar en cuenta distintos aspectos. Un logo debe representar los que es la marca, así como sus valores. Este componente debe estar hecho con base en estos elementos, tanto para diferenciarse del resto de compañías que hay en el mercado como para que haya una coherencia y congruencia entre todos los elementos que conforman el branding de una compañía.
Por lo regular, un logo está realizado a partir del nombre de la marca en cuestión, aunque cabe aclarar que también puede ser un ícono o una serie de letras. Lo fundamental es que estén asociadas estrechamente a la empresa en cuestión.
Entre más sencillo sea un logo, mejor. Muchas veces si se coloca un ícono complejo, es difícil para las personas distinguirlo o incluso tomar recordarlo con facilidad. La idea de este componente de la identidad gráfica es que permanezca en la mente del consumidor en todo momento.
Es importante mencionar que este elemento visual debe estar realizado con una buena armonía y composición, de tal modo que resulte agradable a la vista. Para hacerlo, lo mejor será recurrir a un diseñador, quién está profundamente versado en estos temas y que puede bajar la idea con más claridad.