Una de las metas de prácticamente todos los departamentos de mercadotecnia de las empresas es que se logre desarrollar una promoción orgánica, la cual sea impulsada a través de materiales que la gente comparta con sus conocidos y que los recomiende. Otro de los objetivos de una compañía esta manera de promocionar se masifique, es decir, que llegue a un público meta cada vez más amplio. Entre las distintas herramientas que se pueden aprovechar para lograr eso, es la generación y el desarrollo del contenido de marca. Para que funcione, hay que considerar algunos aspectos que pueden restar impulso a esa viralidad que se espera con seguir.
Desconocer al público meta al que se dirige un contenido de marca que se espera que se vuelva viral es uno de los principales aspectos que pueden frenar su adecuada difusión. Si no sabemos qué es lo que le gusta a nuestro target, cuales son sus preferencias y que detesta, no sólo dificulta la tarea de la generación de materiales que conecten con la gente, sino que también impide que se pueda generar un valor agregado a través de la propuesta que se está realizando.
Si bien es cierto que es contenido de marca debe estar ajustado a los gustos y preferencias de la gente, también debe ser un reflejo de los valores y la misión de la firma misma. Si no sucede esto, no hay una voz clara con la cual comunicarse con el target. Esto impedirá que la gente se pueda sentir identificado con esa personalidad de marca y esto le restará impulso a la viralidad.
Los canales de difusión de dichos materiales es fundamental. Si no se seleccionan los adecuados, es probable que dichos contenidos jamás logren contestar de manera efectiva con el público meta al que vamos dirigidos. Por ejemplo, si nuestro target está en Facebook y nosotros sólo publicamos en Pinterest, entonces, no va a llegar dicha información a sus destinatarios.