El concepto de marca es considerablemente más amplio a lo que podemos ver en anaqueles, empaques y anuncios en la vía pública. Definida como la sinergia desarrollada entre la identidad gráfica, la personalidad, el nombre y el diseño que sirve a algo (en el sentido más lato) para diferenciarse de su competencia (en términos mercadotécnicos) y que ayuda a generar experiencias en el público (por medio de la interacción directa o indirecta; este término también se aplica para las personas e incluso para las naciones, como es el caso de la marca país.
Sin embargo, ¿cómo se define una marca país? Tomando como base la definición del párrafo anterior, podemos conceptualizar la marca país como el conjunto de elementos distintivos (que implica aspectos como la identidad gráfica pero también la economía, tradiciones, infraestructura, entre otros conceptos) que en conjunto sirven para distinguirse de otras naciones y que, al mismo tiempo, generar experiencias, de manera directa o indirecta, con las personas.
Por ejemplo, Nations Brands 2018 colocó a Estados Unidos como la nación con el mayor valor de merca país en el mundo, el cual se puede cuantificar en 25.90 billones de dólares y que es seguido de otras naciones como China (12.78 billones de dólares), Alemania (5.15 billones de dólares), Reino Unido (3.75 billones de dólares), Japón (3.60 billones de dólares) y Canadá (2.22 billones de dólares), por mencionar algunos.
En el caso específico de México, se consideró que su valor de marca país fue de 1.07 billones de dólares para el 2018, con una variación porcentual del 2 por ciento.
Como se mencionó, existen distintos factores que intervienen en la creación de una marca país, uno de los que más llegan a afectar la percepción que se tiene de una nación es la inseguridad, pero también puede verse dañada por el bajo crecimiento económico que tenga en un cierto momento.