Para cualquier estrategia de marketing directo es necesario que haya una base de datos; sin embargo, muchas veces recabar la información necesaria para hacer un listado de registros resulta muy problemático, puesto que la gente muchas veces no está dispuesta a compartir su data de manera tan fácil. Por este motivo se han generado distintas dinámicas para las personas ofrezcan sus datos, como es el caso del social gaming, sobre el cual te platicaremos en las siguientes líneas.
El social gaming (entendido como los videojuegos que se pueden jugar en línea, sin necesidad de plataformas y que están conectados a las redes sociales) ofrecen la oportunidad de recabar los datos mientras el usuario está jugando.
Hay que recordar que, para obtener un dato de un cliente, es necesario ofrecerle algo a cambio. En el caso del social gaming a los usuarios no sólo se les ofrece una opción de entretenimiento, sino que también un espacio para interactuar con otras personas; a cambio, ellos dan los datos que se generan por medio de la interacción con el videojuego y con otra gente.
El social gaming tiene un beneficio muy importante: los datos que obtiene de los usuarios no sólo se consiguen de manera más orgánica, sino que también se podrían considerar más genuinos. Esto quiere decir que las personas no tienen que pensar en una respuesta (muchas veces condicionada por distintos factores), sino que la información se desarrolla de modo más natural.
Sin embargo, y como sucede cuando se trabaja con bases de datos, es totalmente necesario hacerle saber al usuario que sus datos estarán siendo recolectados mientras el se encuentra jugando y los posibles usos que se le podrían dar, con la finalidad de evitar cualquier eventualidad. Es importante verificar qué es lo que marca la legislación de cada país y localidad para poder usar esta técnica correctamente.