En las grandes urbes, como, por ejemplo, la Ciudad de México, la movilidad es uno de los temas más importantes, para lo cual se han desarrollado distintas opciones que van desde el metro y el metrobús hasta los camiones y los taxis. Los mercadólogos y los publicistas han visto en que los vehículos, los cuales circulan por buena parte de las ciudades, representaban un área de oportunidad para promocionar marcas y productos. Es aquí de donde nace la idea de publicidad de tránsito, que muchos especialistas consideran como parte de la publicidad below the line. Sin embargo, para realizarla, hay que tomar en cuenta ciertas consideraciones.
La primera consideración que se debe tener cuando se está trabajando con publicidad de tránsito es el tipo de transporte en el que se va a colocar el material publicitario, puesto que esto definirá el diseño que se debe ocupar y las cualidades que debe tener. Por ejemplo, si el material promocional va a fuera de un camión, lo mejor será que el texto no abarque más de tres líneas (como en el caso del OOH, puesto que la gente no tiene mucho tiempo para leerlo). Si va dentro de un vagón de metro, en el cual la gente más tiempo, entonces se puede incluir más información.
En la publicidad de tránsito no basta estar en cualquier camión o en la línea de metro que sea, sino que es importante seleccionar la ruta en la que deseamos que aparezca el material promocional. Deben ser sitios en los que regularmente se encuentre el público meta, con la finalidad de que esté expuesto al mensaje que se le quiere dar.
Es importante también mencionar que el mensaje promocional que se mostrará debe ser lo suficientemente atractivo, tanto visual como textualmente, con la finalidad de que capte la atención del público en cuestión que segundos.