En lo que refiere al marketing below the line, nada está escrito en piedra. Una prueba muy clara son los constantes cambios que ha experimentado la industria de en los últimos años, especialmente a raíz de la digitalización y el surgimiento de nueva tecnología. Así como el sector se ha transformado, también las marcas y, por supuesto, los clientes han experimentado una transformación. ¿Cómo se puede lograr identificar dichos cambios y adaptarse a ellos antes que los demás? Para lograrlo es necesario realizar lo que se conoce como coolhunting.
El coolhunting puede traducir como la práctica de “cazar tendencias”; sin embargo, podemos definirlo como un trabajo de investigación que se realiza con la finalidad de recolectar datos, para poder determinar los cambios que se van dando en los gustos y preferencias de los clientes, con la finalidad de anticiparse a ellos y poder adaptarse antes que la competencia.
Este concepto es bastante utilizado en la industria de la moda; no obstante, se puede aprovechar en prácticamente cualquier otro sector. Un ejemplo muy claro es lo que algunas panaderías cuando surgió el furor por las conchas de pan: apreciaron las preferencias de los clientes por este tipo de alimento y desarrollaron productos que mantuvieran su esencia, pero que al mismo tiempo fueran novedosos para el público en general.
Usualmente, para realizar el coolhunting es necesario hacer trabajo de campo. Es necesario que el investigador recolecte datos sobre las novedades que aprecie en la vía pública, para después estudiar y analizar cuáles se pueden adaptar para que el cliente las considere no sólo novedosas, sino también atractivas.
Cabe destacar que este concepto es de gran utilidad para desarrollar o innovar nuevos productos, que sean más funcionales y atractivos para las personas, con lo que se espera que haya un impacto positivo en las ganancias que reporta una empresa.
