Uno de los aspectos de mayor valor de las tiendas físicas es que su conjunto forman una diferencia competitiva, es decir, que desarrollan un posicionamiento de marca distinto al de marcas similares.
El público objetivo es el foco de atención que presenta la propuesta de merchandising de una tienda. Esto ayuda a los consumidores a evaluar ciertos beneficios que permiten que su experiencia de compra sea la que necesita.
Hoy por hoy, el consumidor al ser más sofisticado al solucionar sus necesidades busca que su experiencia de compra sea unificada y fluida a la vez. Esto ha llevado a que las tiendas desarrollen su omnicanalidad.
La integración de tecnología en el punto de venta es uno de los objetivos más relevantes para las tiendas minoristas, dado que el consumidor cada vez que realiza una compra tiende a buscar información que le ayude a realizar una compra más acertada.
El consumidor al realizar una compra en una tienda física, puede que previamente haya revisado su disponibilidad en la página web de la marca. A propósito, un estudio del Observatorio del Shopper Experience (OSE), señala que el consumidor mexicano espera encontrar los mismos productos, descuentos y promociones que en la tienda física.
Una encuesta realizada por la firma indica que, 73 por ciento de los encuestados dijeron que éste es un factor importante cuando compran en línea.
Además, el uso de redes sociales por una gran cantidad de personas en todo el mundo, pone sobre la mesa la siguiente pregunta: ¿las redes sociales han sustituido el valor de las tiendas físicas? Según Jaime Castelló, profesor de dirección de Marketing de ESADE, las redes sociales están sustituyendo las relaciones personales físicas que se producen en lugares de ocio como los centros comerciales.
De acuerdo con Castelló, hoy en día se cierran más tiendas de las que se abren, y además los medios digitales entregan la experiencia de compra que actualmente el consumidor busca.