Por: Roger Alarcón
Las redes sociales han entrado a nuestras vidas con tanto sigilo, que sin sentirlo se han vuelto parte fundamental de nuestra vida. Nos hemos dado cuenta que no sólo sirven para acercarnos con amigos o gente que hace mucho que no veíamos, en las redes sociales encontramos muchos beneficios de los que estamos conscientes y estoy seguro de que con el tiempo y con la experiencia podemos llegar a encontrar muchos más.
Sin embargo, siempre es bueno detenerse un poco en el camino para hacer un recuento de la magnitud de las cosas, por eso en esta ocasión me gustaría dar un vistazo a dos aspectos que han sido benignamente afectados por el social media. Podemos empezar con la política.
Ya todos conocemos bastante bien el caso de éxito de Obama en las redes sociales, sus beneficios y la victoria en la que indudablemente el social media tuvo mucho que ver. Pero lo esencial y lo que quiero que preservemos de esta experiencia, es que la gente misma se convirtió en portadora del mensaje de la campaña presidencial. Los simpatizantes hacían labor de convencimiento, convirtiéndose en una especie de evangelizadores. Es aquí cuando nos damos cuenta de lo fundamental que es la cercanía con la gente, pero no con las masas.
No es organizar un simple meeting, es tener una interacción uno a uno. ¿Se imaginan lo diferente que sería la política si los candidatos tuvieran esa conexión con sus seguidores? Definitivamente el panorama cambiaría muchísimo.
Algo muy parecido pasa con el marketing, la gente quiere que las marcas escuchen sus necesidades. Entonces buscan un foro para expresar sus quejas o sus recomendaciones y qué mejor que las redes sociales para hacerlo, pues en ellas encuentran un espacio en el que pueden decir lo que piensan libremente. Ahí está la oportunidad para las empresas, pueden seguir con el marketing tradicional y dejar de lado este fenómeno, o bien, implementar una estrategia integral que abarque la parte de marketing digital también. Toda la parte de social media informa cómo está siendo percibida una marca, lo que la gente piensa de ella, además de que permite tener una interacción con los clientes habituales o potenciales, haciendo que se sientan parte de la marca y que a su vez ellos mismos la recomienden. Teniendo como consecuencia grandes beneficios, entre ellos un incremento en ventas.
Tanto la política como el marketing necesitan seguir las exigencias de nuestros tiempos, y aceptar que ahora más que nunca la gente tiene la capacidad y la voluntad de alzar la voz y sumarse para lograr que las cosas tomen el rumbo que más les agrade. Por eso más vale tener a los medios digitales como aliados y útiles herramientas, en lugar de ignorarlos. Siempre y cuando seamos guiados por profesionales en la materia.
Roger Alarcón es CEO de TDW