Dar un recorrido por los pasillos de un punto de venta, debe significar para el cliente, más que un simple visita, una experiencia grata que lo invite a permanecer más tiempo, o a regresar pronto luego de concluir su proceso de compra.
Información revelada en el Estudio de Retail 2017, elaborado por el Departamento de Investigación de InformaBTL, muestra que 70.7 por ciento de los clientes que acude a un retailer, prefiere ese canal de compra por la experiencia que implica.
Ante un alto porcentaje de consumidores que prefieren hacer su “super” en un establecimiento, es importante que tanto retailer como fabricantes cuiden el diseño, distribución, categorías y demás elementos presentes en punto de venta, de tal forma que su visita sea agradable y se sientan motivados a permanecer e incrementar su ticket promedio.
Situaciones que afectan la imagen de un producto
Aun cuando un cliente llega a una tienda física, con lista en mano o con la decisión firme de lo que habrá de comprar, es probable que se vea tentado a modificarla, y no precisamente por alguna estrategia de promoción, sino por factores que obstaculizan la buena exhibición del stock.
Entre los errores que podrían afectar la imagen de cierto producto, y en consecuencia, de marca, se encuentran los siguientes:
- Quiebre de stock: esta carencia o agotamiento de producto en anaquel puede perjudicar seriamente el buen desempeño de un fabricante, ya que un espacio vacío no es bien percibido, además de orillar al cliente a comprar un artículo de la competencia.
- Falta de un buen facing: no contar con esta técnica, puede comunicar al comprador un descuido en el orden y buena presentación del stock, además de que obstaculiza la visibilidad de marca, por lo que el cliente podría demorar en identificar de qué fabricante se trata. Tanto promotores como personal del retailer deben trabajar conjuntamente para optimizar el facing.
- Carencia de precios visibles: aun cuando un shopper es un cliente frecuente de cierta marca, que no haya un precio visible puede despertar en él un interés por otra opción que sí lo tiene, ya que no hay precios qué comparar.
- Packaging dañado: una lata abollada, un etiqueta rota o manchada, una botella rayada, o algún otro defecto, también afecta la rotación y desempeño de marca y stock, ya que esto puede ser concebido como un producto en mal estado, y en consecuencia, ser factor para no comprarlo. En 2017, el 65.9 por ciento de los consumidores en nuestro país aceptó que el empaque sí influye en la decisión de compra, según lo indica dicho departamento de investigación.
- Falta de limpieza: manchas en la góndola, productos abiertos o rotos, entre otros, pueden afectar seriamente la imagen no solo de la marca, sino también del propio minorista, algo que además podría poner en duda la salubridad del punto de venta.