Del mismo modo que en el retail hay distintos puntos de venta, en el e-commerce hay distintas modalidades de tiendas electrónicas. Cada una con sus particularidades y especificidades, cada una de las cuales responde a ciertas necesidades, tanto del consumidor como del tipo de negocio en cuestión. Dos de las principales categorías que existen son el etailer y el market place. Aunque hay quienes utilizan ambos conceptos como sinónimos, lo cierto es que tienen diferencias importantes, acerca de las cuales platicaremos en las siguientes líneas.
Un market place es un espacio en el que las marcas, productores o particulares pueden poder en venta sus artículos. Podríamos considerar que es un espacio colaborativo, en el cual cada una de las personas trabaja para promocionar los productos que ofrece.
Hay un par de características de un market place que resultan particularmente importantes: la primera de ellas es que, como espacio colaborativo, el inventario es considerablemente más grande que el de un e-retailer (también conocido como etailer); la segunda cualidad que hay que mencionar es que, debido a que no compra algún producto, hay menores riesgos financieros al trabajar con estos modelos, además de que su crecimiento puede ser fácilmente escalable.
Un e-retailer, a diferencia de un market place, se puede definir sencillamente como una tienda minorista pero llevada, por así decirlo, al plano digital. Contará, por decirlo de algún modo, con los mismo productos que la tienda física. La marca del punto del venta será la encargada de trabajar con la logística de la promoción y el envío de los productos a los clientes.
Algunos ejemplos muy populares de market place son Segunda Mano, Alibaba e incluso el desarrollo que ha trabajado Facebook en su sitio, donde se pueden vender y comprar productos. Entre tanto, algunos ejemplos de e-retailers, son las plataformas con las que cuenta Chedraui y Walmart, entre otras empresas minoristas.