Sin duda, las garantías son elementales para el consumidor. De esta manera pueden tener certeza que en caso de que el producto tenga un mal desempeño, la marca se hará cargo de su reparación para que pueda disfrutar de las mejores condiciones para su uso.
En las tiendas minoristas esta opinión del consumidor se toma muy en cuenta, sobre todo, para los aspectos legales del producto. Entre las obligaciones legales, en relación con los productos, podemos encontrar las garantías. Básicamente, la garantía de un producto es una declaración de las políticas comerciales de la tienda, es decir, que a través de las garantías se expresa la responsabilidad sobre los productos vendidos.
Según expertos, las garantías son una promesa de un buen funcionamiento que se ofrece al consumidor. De acuerdo con la Ley Federal de Protección al Consumidor, el consumidor tiene el derecho de recibir garantías en términos claros y precisos.
De modo que, las garantías de los productos y servicios deben otorgarse por escrito, indicando claramente su duración, condiciones y mecanismos para hacerlas válidas, así como los domicilios de los centros de servicio para la reparación del bien.
Sin embargo, muchas ocasiones las garantías son utilizadas para complementar los servicios de una tienda. A través de esta extensión de la responsabilidad con los productos, una marca puede distinguirse de su competencia cuando se encuentran un mercado saturado. De manera que, los consumidores se pueden sentir más seguros ya que esperan que los distribuidores se hagan cargo de los artículos dañados que en su momento les ofrecieron.
Este tipo de garantía la podemos ver en las tiendas especializadas en artículos del hogar o electrodomésticos. Además, se deben ofrecer garantías al consumidor y establecer programas convenientes y sencillos para que el cliente obtenga los beneficios sin acciones burocrática o confusas.