En una sociedad donde todas las personas quieren todo inmediatamente, seguramente habrá quien considere que el coaching empresarial puede solucionar en un abrir y cerrar de ojos todos los problemas que tiene en una compañía y sus colaboradores. Nada más equivocado que esto. Es importante tener en cuenta que no es una acción puntual, sino que más bien es un proceso que se tiene que trabajar con tiempo y esfuerzo. Como todo desarrollo, cuenta con distintas etapas, las cuales te mencionaremos en las siguientes líneas.
Existen distintas clasificaciones de las etapas que conforman el proceso de coaching. Por ejemplo, Coaching Valencia explica que hay tres grandes divisiones: la fase inicial (establecer confianza entre el coach y el colaborador y fijar objetivos), la fase de desarrollo (en la que se da seguimiento a las metas establecidas y hay retroalimentación) y finalmente la fase de cierre. Sin embargo, esta división resulta un tanto vaga.
Mucho más concreta es la taxonomía que propone Instituto Coaching Empresarial (y que coincide con lo que también dice Timpulsa), que propone cinco etapas fundamentales. La primera de ellas es consiste en que el coach estudiará y analizará lo que la situación actual en la que se encuentra el colaborador que está iniciado el proceso, para definir el rumbo que tomarán las sesiones.
El segundo paso consiste en definir los objetivos que el colaborador busca alcanzar. Una vez hecho esto, la tercera etapa es que el coach debe inferir cuáles son los motivos que han impedido que el empleado que está en el proceso no haya logrado llegar a estas metas. La cuarta parte es el establecimiento de un plan de trabajo que logre aquellas cosas que se ha propuesto.
Una vez que el colaborador pone en práctica el plan de trabajo diseñado, el coach tendrá que dar seguimiento de los resultados que consiga el empleado, para poder orientarlo con el fin de que consiga sus objetivos. Esto, precisamente, será la quinta y última etapa.
