Si hablamos del consumidor mexicano podríamos destacar que una de sus mayores búsquedas en el punto de venta son promociones en tiendas de autoservicio, departamentales y clubs de precios para realizar sus compras.
Sin embargo, también es importante destacar que hoy el consumidor mexicano busca una mejor relación entre calidad y precio. De acuerdo con un estudio de Nielsen, el 58 por ciento de los mexicanos piensa que las marcas globales ofrecen mejores productos, por lo que la preferencia hacia productos para el hogar, de belleza y artículos personales de las multinacionales es evidente.
Pero, las marcas locales cuentan con una fortaleza en las categorías de alimentos y bebidas. Según un datos de Kantar Worldpanel, las marcas locales han ganado un 1.1 por ciento de participación de los más de 2 billones de dólares en el mercado mundial de bienes de consumo en los últimos tres año. Los países que cuentan con una mayor participación de marcas locales son Perú con 65 por ciento, Colombia con 63 por ciento y Centro América con 62 por ciento.
En este sentido, ¿qué atributos son los que aportan una mayor satisfacción al cliente? He aquí algunas claves:
Atributos de impacto
Según expertos, los atributos de impacto agrupan características y cualidades del producto no expresadas en la mayoría de las ocasiones por el cliente. Representan deseos ocultos y desconocidos, insatisfacciones toleradas, expectativas hasta ahora inalcanzables, nuevas facetas de uso y aplicación, aspectos de personalización del producto al cliente.
Atributos de rendimiento
Son aquellas características y funciones que el cliente espera y que le permiten acceder a un mejor uso, un mayor aprovechamiento, una mayor rentabilidad de la finalidad a la que dedica el producto que compra. Aumentan directamente el rendimiento y, consecuentemente, la satisfacción.
Atributos básicos
Se trata de aquellos atributos que no generan un incremento substancial de satisfacción en el cliente, porque éste considera que tienen que estar por defecto. Este tipo de atributos agrupan, por tanto, aquellas características que el producto tiene que tener forzosamente para, a su vez, tener presencia en los mercados. Un producto sin esos atributos básicos es rechazado.