Cuando se trata de darle un valor agregado a un packaging, la música se convierte en un aliado perfecto para hacer de un envase un artículo valorado por el target, incluso más que su contenido.
El mes pasado la cervecera inglesa Robinsons Brewey anunció que lanzará al mercado, en octubre de este año, una edición limitada de su bebida con la imagen del disco Invasion of Rarities de Iron Maiden, de 1995.
Mientras que en Quebec, Canadá el año 2015 fue el ideal para que Budweiser presentara una lata de cerveza, también de edición limitada, con la imagen de la banda californiana Metállica, con el nombre en color plata, fondo negro y un rayo detrás del logo.
¿Por qué música y packaging son la combinación perfecta?
Para que una marca tenga la intención de rediseñar un packaging, o considere lanzar ediciones limitadas que sorprendan al consumidor, es necesario encontrar un motivo de peso o razón que lo justifique.
En ambos casos, la música e imagen de dos bandas de reconocimiento mundial son motivo para que marcas de cerveza haya decidido optar por esta estrategia de marketing y consentir a sus consumidores.
Resulta ser una combinación ideal debido a la relación que música y cerveza mantienen desde hace tiempo.
Cada vez que una persona acude a un concierto masivo, tiene la oportunidad de ingerir una bebida mientras escucha y se emociona con su agrupación favorita, siendo este tipo de evento un motivo de peso para compartir con los amigos una cerveza o cualquier otra bebida alcohólica.
La música despierta emociones que forman parte de un momento y experiencia sensorial agradable, y si un packaging también tiene la finalidad de ofrecer una experiencia al consumidor, combinar ambos elementos da como resultado ediciones limitadas, que seguramente elevarán las ventas de ambas cerveceras porque el target traslada esa emoción que le genera escuchar a su banda favorita a un envase con un diseño especial.
Según datos de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), en México se produjeron 10.8 millones de toneladas de envases en 2015, mientras que un año después la cifra incrementó a 11.3 millones de toneladas.