Uno de los factores de mayor influencia en la decisión de compra del shopper es el packaging, dado su atractivo visual y otros elementos.
Datos del Estudio de Retail 2016, elaborado por nuestro departamento de investigación revelan que 68.9 por ciento de los shoppers en México compran un producto sólo por su packaging, lo cual muestra su poder de influencia en el consumidor, quien sin tener una compra planeada puede gastar ante un packaging que lo atrape.
Pero para hacer llegar cada pieza a un punto de venta, es necesario todo un proceso de logística que no sólo implica su transportación, sino además un acomodo previo que garantice que el producto y packaging lleguen en buen estado al retailer, conocido como embalaje.
¿Packaging y embalaje son lo mismo?
En repetidas ocasiones se suele poner como sinónimo ambos términos; sin embargo es preciso señalar que tanto uno como otro tienen características que los definen y hacen de packaging y embalaje dos conceptos distintos.
Por un lado, el packaging se refiere es el envase o contenedor donde se almacena y se protege el producto de cada marca, y también le da una presentación comercial, haciendo que se distinga del resto de sus competidores mediante una buena imagen visual.
El packaging funciona como estrategia de marketing en anaquel, aparador o vitrina, donde sus elementos gráficos, de color, medidas, simetría, textura y otros hacen de éste un factor importante de influencia en la decisión de compra, y también para resaltar ediciones especiales y aumentar la venta de ciertos productos.
Así mismo con un packaging creativo, la empresa busca que tanto producto como marca destaquen, tengan presencia y les ayude a proyectar una personalidad propia de la brand.
Mientras que el embalaje tiene, como función principal, contener y proteger las piezas de producto o unidades de packaging al momento de ser transportados hacia retailers o puntos de venta, orientándolo hacia la logística y exportaciones, que al marketing.
Gracias al embalaje se optimiza su transportación no sólo por mantener fijas las piezas de producto, sino también porque en el se visualizan condiciones de manejo de su contenido e identificación del mismo, para que cuando sea transportado y llegue a su destino, el personal encargado sepa qué tipo de producto lleva, cómo hacer su traslado y de qué manera moverlo para no dañarlo.
La Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE) informó que durante 2015 se fabricaron 10.8 millones de toneladas de envases, cifra que se elevó a 11.3 millones de toneladas en 2016, lo que representó un aumento del 4.6por ciento.
Aun cuando ambos conceptos tienen cualidades que los diferencian uno de otro, ambos se complementan y el objetivo de proteger lo que contienen, ambos términos lo cumplen.