El diseño de packaging es uno de los elementos principales de la estrategia de marketing de un producto, ya que es el aspecto visual que será promocionado, reconocido y buscado por el consumidor.
El packaging forma parte de lo que se conoce como marketing mix, una serie de actividades que tienen, como principales objetivos, maximizar el conocimiento del producto y sus ventas.
Este tipo de marketing está compuesto por cuatro letras “P” importantes: producto, precio, promoción y plaza, o lo también se conoce como distribución. Y como quinta, pero no menos importante, está la “P” de packaging.
Gracias al diseño del packaging se puede lograr una sintetización de los cuatro elementos anteriores que serán plasmados de forma visual y será la imagen de un producto, y por ende de una determinada marca. Con el packaging es posible unir las características físicas del producto, su estrategia de precios (si será un producto rebajado, lanzamiento o de lujo), la forma en que habrá de promocionarse y los puntos de venta.
El diseño de packaging puede, por lo tanto, contemplarse de cuatro formas distintas:
- Como un medio para proteger el producto (experiencia del fabricante).
- Una contribución al coste del producto.
- Como un espacio desde donde habrán de promocionarse las características y beneficios del packaging.
- Como valor agregado y factor motivante en punto de venta y motivar el consumo.
Al consumidor ya no le basta tener en sus manos algo que sabe bien, si no luce bien por fuera, de ahí la importancia del packaging que, en últimas fechas, se ha convertido en una necesidad para las marcas, y que para este año tiene, entre sus tendencias, embalajes sustentables y uso de tecnologías disruptivas.
Según el Departamento de Investigación de InformaBTL, un 68 por ciento de los consumidores comprarían un producto si el diseño de packaging les es atractivo.
Un packaging innovador, fresco, propositivo, y en algunos casos hasta irreverente, ha sido uno de los mayores atractivos de varias marcas que el año pasado y en 2017.
De acuerdo con Packaging Digest y Freedonia, las marcas de alimentos demandarán un buen y efectivo diseño de packaging, lo cual podría darle un valor a este diseño de más de 139 mil millones de dólares.
Propósito e Intención, dos funciones diferenciadas del packaging
A simple vista pareciera que, más que ser opuestos, son conceptos similares, pero la realidad es que hay distinción entre uno y otro.
El propósito, también llamado forma, hacer referencia a los requisitos físicos del packaging para proteger y presentar el producto. Un objetivo funcional del packaging es que se diseña con el objetivo de contener un volumen o cantidad específica de determinado producto y así evitar que se contamine lo que hay adentro mientras está en punto de venta y es transportado, además de permitir su manipulación y garantizar su protección.
Por otro lado, la intención como función del packaging está relacionado con el interés o motivo de marketing por el cual se hizo el diseño; es decir, tiene que ver con esta seducción del cliente.
La intención del packaging hace que el producto llame la atención del consumidor meta en punto de venta o espacio comercial, teniendo como un propósito primordial comunicar los valores de la marca con rapidez, lo que motivará la compra del target si dicho diseño es innovador y atractivo.
Si esta intención se lleva a cabo de forma efectiva, con el paso del tiempo, la comunicación de la brand, junto con la satisfacción del consumidor, provocará que el target sea fiel a tus productos y, en consecuencia, las compras sean sucesivas.