En más de una docena de estados se viven procesos electorales para renovar gubernaturas, diputaciones locales y alcaldías, así que los ánimos se caldean en favor de la polaca y de las herramientas que se aplican en el desarrollo de las campañas.
Después de cerca de 10 años en el ambiente, he estado en diversos procesos, atendiendo candidatos, gobernantes y partidos de todos los colores, incluso ahora con la ola de independientes, me ha tocado asesorar un par de huerfanitos ciudadanos (sin partido).
Hablar de BTL y de procesos electorales es una curva en crecimiento, pues muchas agencias y actores políticos han visto los beneficios de emplear estrategias alternativas y personalizadas, luego de generar credibilidad en el BTL, lo que resulta es que con el furor se cometen otros crímenes, no sé si más perversos que antes de su aplicación, o tal vez solamente estoy haciendo la dosis de drama que acostumbro.
Aquí cuatro consideraciones, que pongo a su juicio:
- PRIMERO.- tiene que ver con la copia y el plagio, sé que en la política todo suena igual, todo parece ser lo mismo, razón por la que se elige al BTL, así que si hace algo parecido a otros, entonces me temo informarle que es un BTL que se le puede revertir y complicar. Algunas cosas son de ley, hacer reuniones, eventos masivos, recorridos y marchas, el punto está en los ingredientes que le cambiamos o las cantidades de los existentes.
- SEGUNDO.- relacionado con la ejecución, tal vez este es el crimen mayor, pues el problema es que en la política se suele confundir voluntad con talento, terminando con desastrosas operaciones de brillantes ideas, lo barato sale caro. Además, como se dice vulgarmente “los pen…” siempre tienen voluntad, pues algo bueno tendrían que tener”
- TERCERO.- respectivo a la soberbia, pues en el medio político se trabaja ciertamente con personalidades acentuadamente mesiánicas, sumado a que sus equipos suelen fabricar un anillo de blindaje y sus familiares poseen muchas opiniones expertas.
- CUARTO.- otro punto es el que tiene que ver con el sentido tacaño-generoso, por un lado se nos regatean muchas cosas, para que luego venga alguien de otro país, una agencia con un lenguaje más citadino o un inepto con un libro de superación personal y automáticamente se le estén poniendo de Dakota en Las 50 Sombras de Grey. Claro lo aplaudible ahí es que entre timadores no se vale llorar chipote con sangre.
Callamos muchas cosas los consultores, por ejemplo, nos callamos que muchos hacen negocios sucios, que participan en el lado siniestro del marketing, que hacen y deshacen la trayectoria de personas, empresas y ciudades, sin tener el mínimo de los escrúpulos. Callamos que vivimos en este valle de lágrimas que ciertamente elegimos por la adrenalina, porque, aunque digamos que no, nos gusta el poder y más cuando nos toca ser el grillo de aquel que toma las decisiones.
Cuidémonos entonces de no caer en los cuatro puntos anteriores, pues como suelo decir, “tardaremos mucho en encontrar políticos perfectos mientras que no tengamos ciudadanos excepcionales” (mercas, médicos, maestros…)
La ética no se calla, al contrario, se grita, se conversa, se transmite de generación en generación, de agencia a agencia, de colega a colega.