En Estados Unidos, las marcas no desaprovecharon la ocasión y convirtieron al Halloween en un tema central tanto en sus activaciones como en sus campañas publicitarias. Sin embargo, no faltó la marca que intentó asustar a sus clientes con el riesgo de que éstos no regresaran, ya no digamos por su calaverita. Una de ellas fue Dominos Pizza.
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A cargo de la agencia Crispin Porter + Bogusky, la marca de pizzas optó por reutilizar sus cajas, convirtiéndolas en una especie de proyectores, con las cuales se podía mostrar anuncios un tanto terroríficos en las paredes del punto de venta.
El detalle de esta acción es que los clientes podían crear sus propias cajas con tan solo la caja de la pizza, una hoja de afeitar y la linterna de sus teléfonos móviles. Acto seguido, la marca invitó a la gente a que proyectara los anuncios en cualquier pared, y conseguir así que otra persona se espantara, o bien, disfrutara más su noche de Halloween.
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