En el cine, las activaciones BTL han encontrado un público dispuesto a participar y entregarse al juego de marketing que hace irrumpir a las marcas, hasta las salas, provocando un Branding a veces superable al de la película misma.
La sala de cine es la experiencia BTL, pues resulta una invitación a la sorpresa, a conectarse vía emocional con el cliente; a llevarlo a los puntos más sensibles que lo pueden hacer vulnerable ante la propuesta de su Brand.