Antes que nada, quiero dejar claro que el Brainstorming debe funcionar en el 99% de los casos, a menos que alguna o varias de sus variables no sean idóneas, como el lugar, el ambiente, la gente adecuada, un buen moderador o la actitud. Pero cuando aún así no surgen ideas de buena calidad, siempre podemos contar con el método de Brainswarming.
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Pero, ¿qué demonios es el Brainswarming y con qué se come? Todos conocemos la técnica del Brainstorming, que de hecho se popularizó desde 1953 y que fue creada por Alex F. Osborn en los Estados Unidos de América y ha probado ser muy eficiente para generar ideas tanto en agencias de publicidad, como en compañías y sesiones educativas.
Sin embargo, no siempre surge la cantidad y calidad de ideas que requerimos, y es común que no logre sus objetivos en una junta donde todos lanzan opiniones sin estructura o algunos, los menos creativos, aprovechan la ocasión para enfocarse en su burdo arte del lambisconeo al jefe.
Si a esto le sumamos que hay muchas personas que son muy creativas pero que se inhiben en una junta donde participa varia gente extrovertidasy los lambiscones que interrumpen, entonces estamos perdiendo ideas muy valiosas de esa gente que no habla, quizá, por el temor a decir algo fuera de lugar y ser la burla de toda la concurrencia.
Es por ello, que en año 2010 Tony McCaffrey crea el Brainswarming, un método que tiene la ventaja de construir sobre lo ya propuesto y en silencio. Basa su técnica en la manera que emplean algunos animales como las hormigas, para trabajar en equipo y es tan eficaz, que su creador aseguran que es posible generar hasta 115 ideas en tan sólo 15 minutos cuando se dan las condiciones adecuadas.
El método puede desarrollarse en un gráfico, en la parte superior se define el objetivo principal (a diferencia del Brainstorming que se enfoca en la resolución del problema), y en la parte inferior de la gráfica o pizarrón, se señalan los recursos necesarios para llegar a él.
La idea es que cada participante construya sobre las ideas más viables para llegar a la solución. Esto puede hacerse con la ayuda de “post-its”, que se pegan en un tablero. La regla básica es que no se mencionan las ideas, se escriben en los pequeños papeles adheribles para que todos los participantes las vean frente a ellos y realicen “conexiones” entre las mismas.
Así se traza un camino que comprende las herramientas propuestas y las ideas, que básicamente son las formas de usarlas y relacionarlas entre sí, para lograr el objetivo.
Aquí un explicativo video de Harvard Business Review al respecto: http://bcove.me/k2z43ri5