Los menús de los restaurantes son más que una carta en la que se ofrecen platillos. En realidad es una herramienta mercadológica que conlleva un proceso, desde el conocimiento del comensal que visita el lugar hasta técnicas de promoción que no cualquiera domina, y que sin duda contribuyen a que los comensales compren más.
Por ejemplo:
Evitan los signos de pesos
El simple hecho de poner el signo de precio hace que los consumidores se percaten de que harán un gasto, así los clientes dejan de asociar los números que ven con dinero.
Juegan con los números
Los restaurantes suelen evitar los precios en centavos, esto para parecer más amigable con el cliente, además poner precios que acaban con el número 9, indica inconscientemente valor, pero no calidad.
La esquina superior derecha
Una de las tácticas de los menús es colocar una fotografía atractiva de un platillo caro en la esquina superior derecha, esto porque es la parte del menú que primero ve el comensal y por tanto, el que más llamará su atención.
Conectan comida con la familia
Una tendencia es poner nombres de platillos que evocan a algún miembro de la familia, que recuerdan la receta de la abuela o de la tía, algo muy similar como las marcas Tía Rosa o Chocolate Abuelita, pero aplicado a un menú.
Nombres étnicos para parecer más auténticos
De acuerdo con un experimento realizado por el psicólogo de la universidad de Oxford Charles Spence, las marcas que tienen un nombre étnico o geográfico tienen más éxito entre los consumidores.
Diferentes tamaños
La gente no sabe en realidad qué tan grande es la diferencia entre un tamaño chico y grande, así que por la diferencia de precio tendrá la sensación de ahorrar dinero si compra el tamaño mayor, aunque tal vez esté gastando más.
Manteletas
El menú se sale de la carta para ser parte de las manteletas. Esto ha ayudado a los fast food retailers a complementar su comunicación al tiempo que ofrece una promoción que el comensal no encontrará en la carta como tal.
Temporada
Los pasteles de temporada son una tendencia, así como demás platillos por tiempo limitado. Sin embargo, el discurso se centra en las palabras temporada y limitado, nunca en el precio.