En el punto de venta, al igual que sucede en una tienda online, la promoción de marca es vital para diferenciarse de la competencia y ser la elegida por el cliente. Para ello, el packaging juega un rol clave no solo para la presentación de cierto producto, sino también para incitar la compra, aun cuando esta no está planeada.
Información publicada por el Departamento de Investigación de InformaBTL, indica que el año pasado 65.9 por ciento de los consumidores en México aseguraron que el packaging sí influyó de forma considerable, al momento de tomar su decisión de compra; mientras que solo un 2 por ciento aseguró que éste no modificaba en nada tal decisión.
Además de ser una estrategia de marketing promocional en ambos canales de venta, el packaging también funciona como un medio de comunicación crucial entre marca y cliente. Si bien protege el contenido y promociona una marca, también es capaz de informar, e incluso, de conectar emocionalmente con el target.
Packaging, estrategia que atrapa a la vista
Aun cuando una de sus funciones primarias es resguardar su contenido en buen estado, es necesario que también cuente con un diseño que atraiga la mirada del shopper para evitar que pase desapercibido, y por el contrario, motive una compra.
Según dicho departamento de investigación, hay 7 elementos principales que, a primera vista, llaman la atención del consumidor.
- Diseño e imagen: 58.6%
- Reusable: 11.8%
- Materiales y textura: 9.4%
- Resellable: 8%
- Abrefácil: 6%
- Resistente: 5.5%
- Otro: 0.8%
Cuando se trata de ediciones especiales, un cambio de imagen o la entrada de un nuevo producto al mercado, el diseño es uno de los elementos más importantes para que el packaging logré, por sí solo, el reconocimiento del cliente cuando esté frente al anaquel.
Estudios revelan que cuando una persona trata de identificar un determinado producto, el primer factor a considerar es la forma del envase, seguido de los colores y tipografía, proceso que suele hacer en un lapso breve que puede requerir solo unos segundos.
Charles Spence, catedrático y jefe del Laboratorio de Investigación Intermodales, con sede en el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, afirma que el color en el envase de una bebida suele ser suficiente para que el consumidor cambie su percepción del sabor.
