Ponerse en forma. La información visual ejerce una influencia enorme sobre nuestras respuestas emocionales, de modo que los elementos aparentemente funcionales del diseño de un producto pueden tener el mismo impacto emocional que otros elaborados conscientemente para la marca. Los fabricantes de bebidas saben que la forma de la botella no solo les ayuda a destacar en una estantería, sino que también transmite un mensaje emocional.
En sintonía con el entorno. Cuando una marca invita a un consumidor a entrar en su espacio, emite una gran variedad de señales simbólicas que pueden reforzar un posicionamiento emocional concreto o debilitarlo. Desde una tienda hasta una sucursal bancaria, la clave del éxito no radica necesariamente en crear el mejor entorno posible en términos abstractos, sino en crear un entorno que coincida perfectamente con el posicionamiento emocional de la marca
Por qué importan los aspectos emocionales. Si nuestra experiencia siempre genera las mismas emociones, nos permite saber desde dónde partimos y ser capaces de dar una respuesta. Cualquiera puede lograr atraer emocionalmente al consumidor una vez, pero se necesita una gran planificación y compromiso para construir una relación duradera en la que ambas partes puedan confiar. Esto es lo que las marcas deberían buscar para sus consumidores, haciendo una promesa de generar determinadas emociones y cumplirla siempre.
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