¿Te has preguntado de qué manera una emoción hace que una marca sea irresistible a los ojos del shopper? De acuerdo con la agencia de investigación de mercados, TNS México, el secreto está en la neurociencia.
Según las investigaciones hechas por TNS, las marcas se vuelven irresistibles cuando por un lado comprenden la complejidad de las necesidades que generan emoción y, por el otro, cuando alinean todas sus características para dirigirse a estas necesidades de forma consistente.
Como alguna vez lo indicó Enrique Rojas, director general de MBA, el cerebro humano está diseñado para responder a un lenguaje emocional, de tal forma que el simbolismo transmite las emociones de forma mucho más intensa que las palabras.
“Si las palabras dicen una cosa pero la simbología dice otra, está claro a cuál responderá el cerebro del consumidor. Un buen uso del simbolismo contribuye a crear una marca coherente, pero solo si se saben gestionar de forma activa los distintos símbolos que la marca utiliza en todos sus puntos de contacto”.
En tal sentido, TNS incluye una gama de sentidos del ser humano con los que las marcas y los consumidores pueden entran en contacto:
Un código de color para las emociones. El color es un elemento potente dentro del lenguaje simbólico y domina nuestros recuerdos de una marca por su uso en elementos como su logo, además de ejercer una enorme influencia sobre nuestras respuestas emocionales.
Alineando los sentidos. La experiencia del consumidor con una marca engloba una amplia variedad de sentidos que va más allá de la vista y el oído. Además, la información que transmiten estos sentidos tiene un profundo significado simbólico, tanto si lo buscamos como si no: la música que suena cuando un consumidor visita la web, la textura de la caja de unas zapatillas deportivas o el sabor a menta de un dentífrico en particular.
Fuente de significado. A menudo, el tipo de letra que las marcas utilizan para comunicar su mensaje transmite más significado que las propias palabras que forman esas letras. Una fuente con letras más delgadas y mayor espacio entre ellas puede indicar cierto refinamiento; las letras solo en minúscula podrían sugerir informalidad y accesibilidad, o bien una marca que está acostumbrada a moverse por el mundo digital.