En México se calcula que el año pasado se invirtieron 1,750 millones de pesos en estrategias de marketing de guerrilla, una cantidad que representa el 3.5% del total del presupuesto destinado a acciones below the line.
A continuación se muestran seis campañas de guerrilla marketing que promocionan chicles, un producto difícil de promocionar a comparación de otros como las bebidas, por ejemplo.
1)
Demostrar el poder de la frescura de Orbit fue el objetivo de la agencia BBDO que en Austria promocionó los chicles por medio de una atractiva estrategia de ambient marketing en uno de los lugares para esquiar más populares.
2)
Ogilvy en Sudáfrica lanzó una campaña en cadenas de retail para atacar a su target entre los pasillos del supermercado. Así, para demostrar la habilidad de Clorets Eliminator para eliminar el mal aliento que provocan ciertos productos alimenticios, para lo cual se hizo uso de material POP que simulaba un tiro al blanco.
3)
Para difundir que la bomba de chicle Big Blum es la más grande del mercado. En Tailandia simularon una gran burbuja de un chicle siendo inflada por un niño, para hacerlo se usó un globo aerostático y un niño de plástico que se echó a volar fuera de lugares públicos y centros comerciales. La idea fue de la agencia McCann.