Al visitar un restaurante tal vez nadie piensa en las estrategias de mercadotecnia detrás del menú que tienen en sus manos al momento de elegir su comida, sin embargo, algunos estudios muestran que las cadenas restaurantes usan todo su ingenio para hacer que los consumidores compren más.
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Los menús de los restaurantes son en realidad más allá de una carta en la que se ofrecen platillos, una excelente herramienta mercadológica. Así lo han demostrado algunos estudios que revelan lo efectivos que pueden ser para lograr que los consumidores rompan su dieta y terminen comprando de más o platillos más caros.
A continuación las 6 estrategias que usan los restaurantes para que consumas más.
1. Evitan los signos de pesos. El simple hecho de poner el signo de precio hace que los consumidores se percaten de que harán un gasto, así que para ello, los restaurantes por lo regular no colocan este símbolo en sus menús, así los clientes dejan de asociar los números que ven con dinero.
2. Juegan con los números. Muy ligado a lo anterior, los restaurantes suelen evitar los precios en centavos, esto para parecer más amigable con el cliente, además poner precios que acaban con el número 9, indica inconscientemente valor, pero no calidad.
3. Apuestan por la esquina superior derecha. Una de las tácticas de los menús es colocar una fotografía atractiva de un platillo caro en la esquina superior derecha, esto porque es la parte del menú que primero ve el comensal y por tanto, el que más llamará su atención.
4. Conectan comida con la familia. Una tendencia es poner nombres de platillos que evocan a algún miembro de la familia, que recuerdan la receta de la abuela o de la tía, algo muy similar como las marcas Tía Rosa o Chocolate Abuelita, pero aplicado a un menú.
5. Usan nombres étnicos para parecer más auténticos. De acuerdo a un experimento realizado por el psicólogo de la universidad de Oxford Charles Spence las marcas que tienen un nombre étnico o geográfico tienen más éxito entre los consumidores.
6. Ofrecen dos diferentes tamaños. La gente no sabe en realidad qué tan grande es la diferencia entre un tamaño chico y grande, así que por la diferencia de precio tendrá la sensación de ahorrar dinero si compra el tamaño mayor, aunque tal vez esté gastando más.
Así que la próxima vez en un restaurant, más vale ser más racional y si el objetivo es guardar la dieta no dejarse llevar por estas estrategias mercadológicas.
