Hoy en día no solo basta con estar haciendo ruido constantemente de nuestra marca o servicio alrededor de nuestros consumidores, compradores y clientes. Debemos de ser mucho más certeros y empáticos en la manea en cómo nos acercarnos para volvernos cotidianos en su selección y detonadores de confianza en todo momento.
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Sobre todo, cuando las marcas están llenas de cosas, beneficios y resultados que decir, podemos caer en la trampa de generar ruido y no ser claros en lo que queremos hacer con ellos.
Es evidente que el consumidor tiene muy poco tiempo para ser atraído por una conversación diferente o una puerta atractiva a dónde entrar. Existen demasiados impulsos que parecieran atractivos, pero en realidad son de corto plazo o eufóricos; un claro ejemplo, son las ofertas y sus ejercicios constantes, que sólo llaman la atención, pero no generan una lealtad a largo plazo. Siempre pensemos que el adquirir un producto solamente basado en un precio atractivo no convencerá a nadie sobre una recompra y la construcción equívoca del producto que se adquiere.
Por lo tanto, el desarrollo del contenido que aportamos en nuestros ejercicios de comunicación deben ser asertivos, innovadores, entretenidos y por demás del interés del target.
Por lo tanto, aquí van algunas sugerencias para hacer mucho más rica la información e historias que pudiéramos construir alrededor de una marca:
1. Parte del ADN y la creación de valor de la marca. Nunca olvidemos para qué fue creado nuestro producto y cuáles son las satisfacciones que cubre dicha marca. Recuerda que el valor de ésta está en su autenticidad y en la manera en cómo se usa; ahí es donde tu contenido tiene más riqueza. Inspíralos a buscar “ese algo más” que tu producto ofrece como una frontera nueva.
2. Crea una estrategia de contenido, es decir, parte sobre: ¿qué queremos decirle?, y ¿cómo vamos a decirles? Infórmalos bien. Recuerda que es bueno usar el entorno para entablar una conversación, pero es muy fácil perder el foco e irnos a mundos donde luego no sabemos cómo regresar.
3. Desarrolla una historia y atrae mundos paralelos que la enriquezcan. Enséñales cosas nuevas. Inspira con otras historias y hechos que te hagan entablar un dialogo atractivo; si encuentras una relación de tu producto con actividades en las cuales éste se vea de manera natural, no importando que la marca conviva con otras, resulta más atractiva la historia cuando ésta se relaciona naturalmente o se complementa.
4. Se creíble y no mientas por convivir. Entretenlos pero no abuses. En muchas ocasiones buscamos puntos de interés donde pareciera que estamos fuera de los usos cotidianos de la marca o simplemente no estamos en un ambiente propicio para construir algo. Tengamos mucho cuidado en no ser tan creativos, desarrollando información que se ve falsa o impuesta; pues inmediatamente ganaremos el rechazo de los consumidores. Déjales un buen sabor de boca.
5. Relaciona tu historia con el mundo en que vivimos, Ser original es muy importante, y desde esa originalidad es de donde puedas partir; pero no olvidemos que tenemos poco tiempo, por lo tanto es importante motivarlos y enseñarles algo cotidiano, pero a la vez innovador. Si tu provees esa información será valioso entonces. Por lo tanto no lo saques de su mundo, enriquécelo.
Estos son algunos tips o puntos clave que no debiéramos dejar de lado cuando desarrollamos una estrategia de contenido. Seamos atractivos por cómo suplimos una necesidad y nos vemos llenos de nuevas formas de ver la marca y no porque tenemos un buen precio solamente.
En conclusión, busca que tu contenido sea interesante y motivador para el que te lee y te conoce; se auténtico y parte de una base original, pero no olvides para qué y quién creas y compilas tal información; no hay grandes recetas para armar tu plataforma, sin embargo, dale el estilo que requiere por marca y vocero. Se entretenido, divertido, de nuevo, no pierdas de vista a tu lector, en dónde está, en dónde te lee, y para qué te busca. Si eres empático, eres parte de su mundo, y si has logrado esto entonces has dado un gran paso.
Al final de todo, el contenido es material para construir una imagen. Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?