Relaciones unidireccionales
En toda relación laboral, independientemente de qué cargo o posición tengas en la empresa, siempre debe regir una relación ganar ganar, donde dos partes se vean beneficiada por su trabajo y los resultados derivados del mismo; pero existen empleados que, más allá de contribuir con este toma y daca, sólo desean obtener beneficio para ellos, sin dar algo o hacer lo que deben hacer.
Cuando te percates de que hay un elementos así en tu trabajo, atiende esa situación lo más pronto posible, de lo contrario, la carga de trabajo para el resto del equipo podría verse afectada, o en el peor de los casos, quedarse en el limbo, sin alguien que asuma esa labor.
Relaciones idealistas
No es otra cosa que tener en un altar a un compañero de trabajo, creer que es el todo poderoso y que sólo él o ella son capaces de darle rumbo al trabajo y a la empresa. Lo único que resulta de tener a alguien tan arriba es que ese elemento de tu equipo mantenga un ego muy elevado y, en consecuencia, se sienta superior a los demás.
Además, es muy probables que este tipo de relación de origen a súbditos y servidores incondicionales de aquellos que se sienten superiores al resto de los miembros del equipo.
Relaciones basadas en mentiras
No hay algo que comprometa más el trabajo de todo el equipo que una relación laboral basada en verdades a medias, rumores o mentiras.
Aún fuera de un ambiente corporativo, las mentiras son algo sumamente perjudicial para cualquier tipo de relaciones. Hay colaboradores tan empeñados en dar una imagen excelente de sí mismos que, en ocasiones, pierden los pies del suelo, crean historias y terminan desarrollando una serie de mentiras que, al final del día, puede comprometer no sólo su trabajo, sino también el de todo el equipo y poner en riesgo la imagen de la empresa.
Tener al mejor talento humano en tu compañía no siempre es posible por diversos factores, pero ante situaciones y relaciones como las ya mencionadas, será necesario que tomes cartas en el asunto, tengas una comunicación efectiva con tu equipo, trates de hacerle ver a ese colaborador tóxico que debe mejorar para beneficio propio y de la empresa, y que de no notar cambios, aún después de haber hablado con él o ella, lo mejor será tomar otra decisión.