Iniciar un negocio propio puede representar múltiples retos. No obstante, cuando los emprendedores cuentan con las habilidades personales y profesionales, puede ser el principio de un gran proyecto.
El sitio Newsroom señala que 8 de cada 10 empresas mexicanas fracasan en los primeros dos años; añadiendo que las principales razones son la planeación defectuosa y la falta de habilidades para comercializar su propio producto o servicio.
En este contexto y con el fin de que los próximos emprendedores correspondan al grupo que logra dar vuelo a su negocio, compartimos 5 prácticas que deben volverse un hábito para lograr los objetivos generales poco a poco y partiendo desde las tareas diarias.
1. Crear material de presentación
Un buen recurso para que las personas logren recordar a una persona o a una entidad de negocio que recién inicia, son las tarjetas de presentación. Es importante que este material sea profesional y tenga un diseño que refleje la esencia de la empresa.
2. Diseñar canales digitales
Las redes sociales y los blogs son canales que no requieren de inversión y que en caso de contar con un presupuesto favorable, también permiten la creación de estrategias por costos accesibles.
Así mismo, estas plataformas permiten estar en constante comunicación con el público, por lo que son una excelente herramienta para darse a conocer.
3. Crear contenidos de calidad
Aunque las redes sociales son un canal que permite cierta informalidad, todo el contenido debe proyectar calidad y profesionalismo, tal como lo refiere el sitio especializado Social Media Pymes.
4. Estar en contacto con otros emprendedores
Tener relación con otros negocios puede ser bastante favorable. Incluso pueden ser entidades enfocadas a otras industrias, de esta manera, pueden hacerse difusión una a la otra sin perjudicar sus propios alcances.
5. Asistir a eventos
Hoy en día existe una cantidad numerosa de eventos enfocados a la capacitación y a la difusión de nuevos negocios, esto además de ofrecer material de calidad a los emprendedores para seguir trabajando bajo estándares de calidad; permite una apertura y reconocimiento de las pequeñas y medianas empresas.