Debemos de dejar de desarrollar estrategias para clientes, productos y puntos de venta y comenzar a pensar en personas, emociones y espacios experenciales.
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1.- Seleccionar la música correcta
La música está interrelacionada a las emociones. La elección de una ambientación correcta ayuda a generar confianza entre el cliente y el establecimiento, elevando así las ventas.
Gerald Gorn lo demuestra en su estudio “The Effects of Music in Advertising on Choice Behavior”, Gorn descubrió que un 80% de las personas eligen los productos en función de la música que les gusta.
2.- Crear un Odotipo
Los aromas estimulan directamente la parte límbica del cerebro, que es la zona responsable de las emociones.
Así mismo, en el Journal of Marketing, Spanenberg, Crowley and Henderson se asegura que 84% de clientes tendrá una mejor percepción de la marca y es más factible que compre y/o coma en un lugar con olor agradable.
3.- Aprovechar el gran poder de los colores
La vista es el sentido que más utilizamos. El 83% de la información que las personas retienen la reciben por los ojos.
Los colores de las paredes y muebles en combinación con la correcta iluminación nos ayudan a despertar la emoción deseada.
4.- Lograr que los consumidores sientan el producto
Tomar un producto en nuestras manos es fundamental en el proceso de compra, con el simple hecho de tocar algo podemos atribuirle cierta calidad y atributos no perceptibles a simple vista.
Una excelente forma de aprovechar este sentidos es realizar demostraciones de producto en el punto de venta. No es lo mismo ver el producto en una caja o anaquel, a tenerlo en las manos.
5.- Impactar el sentido del gusto
No sólo los restaurantes o productos de consumo pueden aplicar este marketing. Dejar un chocolate en la almohada de una habitación de hotel, regalar dulces de menta a la salida de un restaurante y ofrecer refrescos o agua al momento de estar realizando una compra pueden parecer estrategias viejas e insignificantes, pero en realidad están ayudando a impactar al consumidor por un sentido más.
A mayor número de sentidos utilizados en la estrategia en el punto de venta más fácil será crear experiencias de compra y más fácil será burlar la barrera de la mente racional y llegar directamente a la mente emocional, el paraíso donde los consumidores compran movidos por el deseo.
