A diferencia de ciudades como Londres y Nueva York donde todos los taxis son de un sólo color, en Budapest todos eran distintos, así que las autoridades de la ciudad exigieron que todos los autos de servicio fueran amarillos y se renovaran las unidades viejas.
Para promocionar los autos entre los conductores la marca y la agencia Café Creative crearon un folleto con forma de los tradicionales pantones de color que usan los impresores y diseñadores para identificar diferentes tonalidades, sin embargo este pantone es distinto al resto porque tiene el mismo color en todas sus muestras.
La idea es generar el mensaje de que si no puede elegir el color de tu taxi por lo menos puedas elegir las mejores ofertas.